NI FLORES

Pablo Martínez-Salanova Peralta / Pmartinez@elalmeria.es

Los 'penaltiles'

AL final de la temporada de fútbol llegan las eliminatorias y las finales de las competiciones, y con ellas ese gran placer de ver alguna que otra tanda de penaltis. Sólo el nombre ya tiene miga. Que si es penalty, penalti, penaltys, penaltis o penalties. Por suerte,aquí podemos tirar del vocablo almeriense 'penaltiles' y asunto zanjado.

Ningún equipo aspira a llegar a la tanda de penaltiles porque son una lotería. La esencia del anti fútbol. Hay que tener muchas tablas y sangre fría. La humillación de fallar en unos penaltiles es comparable a la de caerte de culo delante de mucha gente. Si se pierde, se entra en la Historia como el que falló en aquellos penaltiles; si se cuela, no pasa mucho porque realmente es lo que se espera de un delantero. No entiendo cuando los futbolistas celebran los penaltiles como si hubiesen marcado el gol de Maradona en el Mundial contra Inglaterra.

Parece que es más difícil fallarlo que otra cosa, pero es normal que nadie quiera jugarse una Champions prácticamente a cara o cruz. Por eso me solidarizo con todo aquel futbolista que pudiese ver cómo el trabajo de todo un curso se va al traste en apenas unos punterazos.

Además, una tanda de penaltiles es un cáncer para el cierre de un periódico. Por si no fuera bastante que los partidos se jueguen a las diez de la noche, súmales la prórroga y luego lo que tarden. ¡A base de penaltiles podrían tirarse toda la noche!.

Por el bien del fútbol y del espectáculo, los penaltiles deberían desaparecer. Quien gana en los penaltiles se arriesga a que su triunfo sea cuestionado y calificado como lo que se conoce como pura potra.

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