República de las Letras

Todos hemos perdidos

Hoy España es otra. El régimen del 78 fue liquidado el domingo. Hay que refundar la democracia

Recuerdo Será imposible borrar de la memoria las escenas que se vieron el domingo pasado en la Sexta durante las votaciones del referéndum de Cataluña. Rajoy, un presidente del gobierno enrocado, lanzó sus perros contra los catalanes que querían votar. Fue una más de las maniobras utilizadas para desviar el foco de los numerosos casos de corrupción en que se ve sumido su partido. Mientras, Puigdemont ocultaba también sus vergüenzas -el 3% de Pujol- parapetándose tras la gente en vez de ponerse al frente y presentarse a pecho descubierto en su colegio electoral atacado por la policía. La burguesía siempre ha necesitado de las clases populares para mantener su hegemonía económica y política. Como decía Cecilia en los 70, en su canción Mi querida España: "Quién pasó tu hambre/quién bebía tu sangre/cuando estabas seca". Hoy España es otra. El régimen del 78 fue liquidado el domingo pasado. Hay que modificar las reglas del juego, recomponer la convivencia, dar sentido a los derechos individuales y colectivos, refundar la democracia. Lo que pasó el domingo trazó una senda inevitable de andar: esto, amigos y vecinos de mi generación, se ha acabado. Los políticos nos han fallado. No han sabido manejar la delicada situación. Es temerario ponernos en sus manos. Rajoy va a pagar, tarde o temprano, su gigantesco error. Posiblemente hay ya un movimiento interno en su contra. Posiblemente lo derroquen los mismos que lo pusieron. Puigdemont y los suyos son títeres del pujolismo: una Cataluña independiente jamás se atrevería a llevar a la familia real catalana ante los jueces. Tanto si corren a declarar la independencia de Cataluña mañana en el pleno del Parlament, como si abren otro capítulo -y éste, largo, largo, largo- del llamado "procés", lo cierto es que las aguas nunca ya volverán a su cauce como quería Rajoy. Los que gritaron "A por ellos" y los que creíamos que al final el referéndum saldría adelante y que con sus resultados se aclararía todo, hemos quedado decepcionados. No sabemos si la Historia marcha en el sentido de la independencia de Cataluña o no. Lo que sí ha quedado claro es que los fanatismos, los insultos, la violencia nunca son, a estas alturas, solución de nada. Y que ahora a estos políticos incompetentes hay que exigirles hablar, hablar y hablar hasta la extenuación y más allá. Proponer, razonar, acordar, ceder y volver a proponer. Porque todos hemos perdido.

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