CUANDO llegamos a estas alturas de la competición siempre sale a relucir el famoso tema de las primas a terceros y, en algunos casos, a segundos. Esas primas de las que todos hablan con un enfado tremendo y una supuesta ética profesional intachable cuando se sienten perjudicados o con una tolerancia y una misericordia absoluta hacia las mismas si se sienten beneficiados. Así de curiosos son los finales de liga y así lo son, sobre todo, en Seguna. Una categoría en la que, por un lado, la gran cantidad de equipos que hay y, por otro, los pocos premios, tres equipos que ascienden, y castigos que existen, cuatro conjuntos que descienden, dan lugar a que haya un buen número de equipos que se den por contentos por haber logrado la permanencia y que acaban deambulando por un final de liga en el que, sin embargo, sí que pueden ser jueces de los ascensos y los descensos. Y en este contexto es en el que cada año, antes o después, aparece la sombra de los maletines. El encargado de 'levantar la liebre' en esta temporada ha sido el presidente del Málaga, Fernando Sanz. Su equipo lucha por el ascenso desde el comienzo de la Liga pero se está desiflando, precisamente, en el tramo más decisivo de la liga. Pero, claro, es más fácil echar leña al fuego sobre otros equipos acusándoles de que están pagando primas de todo tipo que intentar ponerle solución a los males deportivos propios. Porque, en definitiva, con primas o sin ellas, los partidos hay que ganarlos en el terreno de juego. De todos modos, lo gracioso es que estos días estamos viendo como, tras el comentario de Sanz, se empiezan a levantar alfombras y a levantar sospechas sobre Real Sociedad, Sporting, Cádiz y sobre el propio Málaga. Y también resulta curioso que no se hayan oido este tipo de cantos en la parte baja de la tabla, que también suelen ser muy recurrentes a estas alturas, aunque no les quepa duda de que llegarán. Lo cierto es que yo no sé si hay o no primas, pero lo que sí que hay son muchos primos.