LA frenética semana que ha terminado en la Liga BBVA ha dejado un balance de aprobado para la UD Almería. Un 5 pelao, como dirían por nuestra tierra. Los almerienses han ido de más a menos y han conseguido cuatro puntos de nueve posibles, que no están mal teniendo en cuenta la entidad de Real o Valencia, pero que podrían estar mejor una vez vistos los escasos méritos que hizo el equipo en Valladolid. Todos tienen un denominador común: la pésima labor defensiva ejercida por los de Francisco. Los andaluces han empezado por debajo en el marcador en siete de las últimas ocho jornadas. Esto es una losa para un equipo de la parte baja de la tabla, máxime cuando esos goles llegan en los primeros instantes del encuentro, como sucedió ante el Valencia y en Pucela. Es incomprensible que el equipo salga con semejante falta de concentración en partidos de tanta importancia. Pese a la fama que se ha ganado estos días, el Almería no es precisamente un conjunto dado a las machadas. De hecho, los rojiblancos tan solo han dado la vuelta a dos partidos de los 19 que han empezado perdiendo esta temporada. Por eso se antoja vital no ponerse por debajo. El entrenador tiene que volver a encontrar ese equilibrio que pareció hallar hace ya unas cuantas jornadas. Torsiglieri podría haberse despedido de la titularidad después de su mal partido ante el Valencia y de la expulsión frente al Valladolid, por lo que Marcelo Silva tiene su enésima oportunidad para demostrar que es válido. En banda, Mané no mejora a Dubarbier, aunque tácticamente sí es más correcto. En la medular, Corona ha sido una de las grandes noticias, pero necesita a su lado a un auténtico perro de presa. Ni Verza, ni Tébar, ni Azeez lo son. Suso también parece haber vuelto, aunque hay que exigirle más trabajo atrás, teniendo en cuenta las escasas facultades de los dos laterales del equipo. En definitiva, Francisco tiene que volver a recuperar la solvencia defensiva que permitió a los rojiblancos abandonar el pozo cuando peor estaban. No siempre se pueden hacer cuatro goles para ganar los partidos.