Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

El relevo

Una vez que gane el liderazgo del PSOE el relevo en Andalucía será una de las tareas más delicadas de Susana Díaz

Susana Díaz no da puntada sin hilo y que sabe de política casi tanto como el que más. Seguro que tiene elaborado todos los escenarios posibles para después de las primarias y sabe lo que se juega en Andalucía una vez que, por la propia dinámica de los acontecimientos, tenga que abandonar la Presidencia de la Junta si es que logra superar con éxito el reto de las primarias, para lo que tiene muchas la papeletas. Por ahora, ha dicho a todo el que lo ha querido oír que no entra en sus planes un rápido abandono de Andalucía para centrarse en exclusiva en las tareas nacionales. Aunque lo que se le viene encima no es menor: la labor de reconstruir el liderazgo socialista no va a ser pequeña y la de volver a armar un proyecto político capaz de ilusionar a millones de españoles va a ser todavía mayor. El PSOE está en una situación de encefalograma plano y todo el esfuerzo que se le eche encima va a ser poco. Susana Díaz sabe manejar los tiempos y compatibilizará ambas funciones el tiempo que sea necesario para consolidar su proyecto. Antes que ella otros muchos han simultaneado cargos instituciones y de partido sin que nadie se haya rasgado las vestiduras. Ahora no tiene por qué ser diferente. El PSOE tocó fondo tras el Comité federal del pasado octubre que defenestró a Pedro Sánchez y desde entonces, por la actuación de Javier Fernández en la gestora y por el impulso de la propia Susana Díaz ha recuperado algo de aliento.

Pero la sombra del relevo en el PSOE andaluz y, sobre todo en la Junta, ha empezado a planear sobre la política andaluza, que, hoy por hoy, constituye una parte muy importante de la política nacional. Actuar en este tema con precipitación o dejándose llevar sólo por los intereses que marquen la correlación de fuerzas en el partido sería un enorme desatino. Las últimas consultas electorales y las diversas encuestas que se han publicado señalan que la mayoría socialista en Andalucía no es tan sólida como lo había sido históricamente. El PP acaricia la idea de dar por fin el zarpazo en la región y colocar un presidente en San Telmo. Tal y como están las cosas no es ninguna quimera: las mayorías absolutas también han pasado aquí a la historia y ahora una tercera o cuarta fuerza puede inclinar la balanza a un lado u a otro. Elegir bien el momento y elegir bien la persona es la tarea más importante que tendrá Susana Díaz en Andalucía una vez consumado el cambio en Ferraz. Si se equivoca puede haber sorpresa. Por mucho que su cara asome en el cartel.

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