LA TRUBUNA

Manuel Lucas Mateu

Los retos del sistema público sanitario

YA casi nadie discute que el Sistema Sanitario Público de nuestro país, está considerado entre los mejores del mundo. Y esto es así, porque reúne una serie de características, que en muchas de ellas, lo convierten en un modelo a imitar:

1.Es universalmente público y gratuito, siendo uno de los pilares básicos del estado de bienestar.

2.Es uno de los principales instrumentos para la redistribución de la riqueza, porque para mantenerlo aporta más, quien más tiene, y en cambio recibe más, quien más necesita.

3.Tiene como centro al ciudadano, por encima de otros intereses.

4.La calidad de sus profesionales, de sus infraestructuras, de sus equipamientos y de los servicios que presta, es muy alta.

5.Es pionero en la incorporación de nuevas tecnologías, y está dando pasos muy importantes en investigación.

6.Ha profundizado mucho en el objetivo de convertirse, más en una fábrica de salud, que en un taller de reparaciones. Y los sistemas de alerta sanitaria son también de los mejor desarrollados del mundo.

Pero los cambios, cada vez más rápidos, del mundo en que vivimos, le obligan a ser un sistema con un alto dinamismo, para adaptare a ellos. Por eso, en el futuro inmediato habrá de prestar mucha atención a retos nuevos o a problemas ya conocidos, pero que pueden agudizarse:

Aumento de la esperanza de vida media: el aumento de la calidad de vida, ha ido traduciéndose en más años de vida, y en una inversión de la pirámide de población. Esto ha supuesto y va a suponer en un futuro, un aumento de las enfermedades cómicas, y en una mayor demanda de cuidados.

Avances científico-técnicos: la aparición de nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas, cada vez con más impacto en el sistema sanitario y en las demandas ciudadanas. La investigación con células madre y los posibles retos de futuro que esta plantee, puede ser un buen ejemplo.

Nuevas demandas ciudadanas: los ciudadanos, conforme aumenta su calidad de vida, son cada vez más exigentes, en la calidad de los servicios y en la accesibilidad a estos. Todos los sistemas públicos de salud comparten problemas parecidos, y posiblemente el más común es el problema de la accesibilidad. Listas de espera (quirúrgica, de consultas a especialidades o de pruebas diagnósticas), saturación de urgencias, huecos de eficiencia en la gestión de las estancias hospitalarias, son elementos que afectan directamente a la accesibilidad de los ciudadanos a las prestaciones sanitarias. Prestaciones sanitaras, que una vez recibidas, los ciudadanos suelen calificarlas con nota alta. El problema es llegar a recibirlas, con agilidad y sin demasiadas trabas. Pero también los ciudadanos, demandan cada vez más seguridad epidemiológica, ambiental y alimentaría. Las alertas por plaguicidas, o temas como la gripe aviar o el s. de las vacas locas, son buenos ejemplos, de la alta sensibilidad de la sociedad con los problemas de salud pública.

Enfermedades emergentes y reemergentes: la globalización, el abuso de antibióticos, las agresiones al ecosistema, los cambios en los estilos de vida y la propia evolución de ciertos agentes patógenos, pueden hacer reemerger algunas enfermedades transmisibles, como ha pasado con la tuberculosis y las infecciones de transmisión sexual, o nuevas patologías, como la gripe aviar, frente a las cuales el sistema ha de estar atento.

Déficit de profesionales: Hoy de cada 3 médicos que se contratan en España, uno es extranjero. Hoy salen de las facultades de medicina unos 4.000 médicos al año, mientras que hay 6.000 plazas MIR. Y además en la década entre 2016 y 2025, con la salida masiva de médicos, debido a que se jubilarán las grandes promociones de los años 70 y 80 previas a la introducción del numerus clausus. En la Unión Europea también existe esta preocupación y por ejemplo, se estima que en países como Francia o Alemania hay más de 3.000 vacantes de médicos sin cubrir en el sector público. Desigualdades en salud: nuestro sistema sanitario se sustenta en los principios irrenunciables de universalidad, equidad, gratuidad, y provisión pública de los servicios. Esto disminuye las desigualdades en salud. Pero las transferencias sanitarias a las autonomías propician un desigual mantenimiento del modelo público, el cual está en algunas de ellas sufriendo una quiebra, a favor de lo privado, como ocurre en la comunidad valenciana o en la madrileña. La implantación de planes de atención a la familia, de planes de cuidados o de atención a la dependencia, o de chequeos preventivos a mayores. La apuesta por la investigación y por la sociedad del conocimiento. Las garantías de plazos de espera. Los planes de calidad. Profundizar en nuevos modelos de salud pública, y de sistemas de alerta sanitaria. La incentivación de la formación en profesiones sanitarias, así como la revisión de las competencias profesionales. Y sobre todo el impulso de nuevos modelos de gestión, sin perder el carácter público de la financiación y de la provisión de servicios, y hacerlo, evitando los desequilibrios territoriales. Son caminos ya trazados en el sistema público de salud andaluz, pero en los que hay que seguir profundizando en el futuro, en todo el país, para seguir en las posiciones de cabeza.

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