Esplendor en la hierba

Juanjo / García

De la seducción a la decisión de Emery

HASTA el momento me había propuesto eludir cualquier pronunciamiento sobre la decisión de Unai Emery. No hubiera querido que cualquier comentario pudiera interferir o afectar, a favor o en contra, sobre una decisión que merece mi total respeto.

Sí lo hago ahora porque creo, no se si con suficiente fundamento, que Unai está en una difícil disyuntiva. Según ha deslizado algún jugador, el actual técnico del Almería "lo estaría pasando mal porque podría sentirse presionado". Más que presionado, abrumado por tanto cariño que todos le muestran. Ayer mismo reconoció estar en una situación incómoda. Ahora sí está en la complicada tesitura de elegir entre dos equipos. Y en ello no sólo le va su futuro profesional y el de su equipo técnico, sino también el de su familia, el de su esposa Luisa y el de su pequeño Lander.

A diferencia de las especulaciones que situaban a Emery en distintos banquillos, la cuestión ahora sí va en serio. Lo comprobé recientemente y "el algodón no engaña". Hasta tres emisoras de radio de Valencia contactaron conmigo para preguntarme y pedirme referencias sobre la figura del que para ellos es el candidato más cualificado para el banquillo de Mestalla. Ni que decir tiene que les dí las mejores, porque a diferencia de otras opiniones difusas, a los datos me remito, para mí sí que es el mejor entrenador en la historia del fútbol almeriense.

Entiendo perfectamente que Alfonso García esté echando el resto para poder ofrecerle un proyecto deportivo serio, sólido y solvente que "le haga crecer deportivamente con el club", como tanto le gusta decir a Unai, y así poder contrarrestar la más que atrayente propuesta del Valencia, que ya lleva días en la mesa de su representante Iñaki Ibáñez.

Hasta aquí todas las posturas son legítimas. Dos clubes que intentan cautivar, ganar o seducir con diferentes propuestas la voluntad del técnico de Hondarribia, aunque sólo sea uno el que consiga "llevarse la novia al altar". Más que un acto de negociación parece, es un acto de seducción. ¿Qué proyecto puede ser del mejor agrado?, ¿cual le ofrece mejores expectativas, considerando el capital de uno y la modestia del otro?. Pienso que todos los demás hemos de comportarnos como meros testigos de excepción, permaneciendo escrupulosamente ajenos. Unai Emery ha crecido en el Almería, pero también el Almería se ha proyectado con el talento de técnico.

Por lo tanto, en ese equilibrio de méritos, en esa equidad, creo que el papel que nos corresponde al resto es facilitarle la misión para que se sienta suficientemente aliviado y en situación de afrontar con total libertad y tranquilidad su mejor elección. Al fin y al cabo, en el deporte como en la vida misma, nadie es imprescindible y todos necesarios.

Así que, cuando haya elegido, felicitarle. Desde luego, siempre desearle lo mejor, aquí o allí, porque si algo deja Emery como legado, es su magistral lección de saber estar. Si se queda, "chapeau". Si no, lo asumimos cual hijo pródigo que se marcha de casa para prosperar. Igualmente brindamos. Yo, así lo entiendo.

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