LA montaña rusa

José Escánez Carrillo

El silencio habla

TRAS seis años de obligada ausencia, Natalia volvió de tierras lejanas. Con las primeras vistas de su ciudad se sintió confusa. Su equipaje rebosaba miedo y soledad. Buscó de entre sus viejos amigos comprensión por su precipitada huída, pero las mentiras de su enemigo habían desdibujado lo ocurrido hasta hacer creer a todos que su marcha se debió a un mero capricho, al abandono de una vida burguesa y aburrida para ella. Su silencio se había vuelto en su contra, y ahora se apercibía de ello con evidente pavor. Seguía sola, aún más que antes. Su maltratador había sometido incluso su credibilidad. Vislumbró que todo tiene su momento, y el suyo fue seis años atrás, cuando debió denunciar las agresiones que aquel cerdo le infligía bajo el encubrimiento de la privacidad de un hogar y unas paredes sordas. Pensó huir de nuevo, pero resolvió quedarse y afrontar.

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