QUÉ ganas le tenemos al Betis. Por H o por B, se ha convertido en un equipo antipático, sobre todo tras el partido de la primera vuelta; allí, un árbitro cómplice mató un encuentro que el Almería no mereció perder. Las simpatías que hasta entonces pudiera tener por los verdiblancos se quedaron en nada. Como escasa es la gracia que me va haciendo el señor don Manué.

Lopera es un capo, un Vito a la sevillana. Un mafias, vamos. A estas alturas no le debe tener aprecio ni su perro, probablemente su mejor y único amigo (Villar más que amigo es colega, compañero de labores mafiosas). Está claro que necesitamos llevar a cabo un ajuste de cuentas, como el que recibieron sus compadres sevillistas.

Entonces fue porque Jiménez se fue de la lengua. Chaparro también tiene la boca grande, cual palangana, y la vendetta acallaría la suya y la de muchos. Un baño como el del Pizjuán sería lo suyo. Porque ya que te pones a vengarte, hazlo con un porrazo en la mesa, un golpe de autoridad y, como el Zorro, dejando al final la marca de la casa.

Hace falta vengarse porque son necesarios los puntos. La UEFA no es imposible y hasta que haya opciones de meterse hay que darlo todo, motivación no faltará. Y ojo porque en tres días, domingo y miércoles, hay dos partidos clave, seis puntos en juego que te pueden dar o quitar mucho. Además, aunque a otro nivel, el afán vengativo tendría que salir a relucir también en Getafe. Porque el Geta nos dio un repaso aquí. A por ellos.