Ada Colau y la estrategia del calamar

El nuevo viraje de Colau, que ahora apoya el 1-O, deja en una posición muy incómoda al PSC, con quien gobierna en Barcelona

En los graves acontecimientos que estamos viviendo en los últimos días está jugando un papel especialmente penoso la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también líder de Cataluña en Común, una de esas formaciones que gravitan (a veces más, a veces menos) en torno a la galaxia de Podemos, partido que ha hecho de la ambigüedad y la confusión su principal estrategia ante el denominado procés. Ayer, en un tuit -sin rueda de prensa en la que se le pudiese preguntar o interpelar- Colau anunció que los ciudadanos de la capital catalana podrán votar en el referéndum ilegal del próximo 1 de octubre "sin poner en riesgo ni la institución ni a los funcionarios". El problema es que Colau no ha explicado cómo logrará la cuadratura del círculo, ya que sabe bien por el informe que le ha remitido su propio secretario municipal, Jordi Casas, que "la alcaldesa, el Ayuntamiento y sus trabajadores y trabajadoras en ejercicio de sus funciones públicas quedan vinculados por el mandato del Tribunal Constitucional de abstenerse de realizar actuaciones que permitan la preparación y/o celebración del referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña, actuaciones en las que, sin duda, se incluiría la eventual puesta a disposición de locales para la votación". Aun así, Colau y su entorno anuncian un acuerdo con la Generalitat, pero no se lo explican a los ciudadanos, lo que no deja de ser una práctica política cargada de ese oscurantismo que tanto le reprochan a sus adversarios. Colau, que apenas hace unos días aseguraba que no facilitaría la pantomima del plebiscito, da ahora marcha atrás y evidencia que, en este asunto, intenta poner una vela a Dios y otra al diablo para intentar preservar sus opciones para alcanzar la que sin duda es su gran ambición: la Presidencia de la Generalitat.

Quien queda en una posición muy incómoda tras el nuevo viraje de Colau es el PSC, socio de gobierno de la alcaldesa en el Ayuntamiento de Barcelona. La postura de los socialistas catalanes está siendo ejemplar en su oposición al referéndum ilegal y no genera ninguna duda. Si Colau persevera y decide colaborar con la violación de nuestro ordenamiento constitucional, el PSC no tendrá más remedio que revisar su pacto de gobierno en el Ayuntamiento barcelonés. Colau, siguiendo la estrategia del calamar, está jugando a la confusión y aún no podemos afirmar con rotundidad cuál será su postura definitiva ante el 1-O. Probablemente, en los próximos días, siga suministrando sorpresas y titulares.

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