Expropiaciones para un AVE que se hace esperar

No ponemos en duda las buenas intenciones del ministro, aunque lo que ahora esperamos son las máquinas trabajar en las obras

Adif Alta Velocidad publicaba el martes el anuncio por el que se somete a información pública, a efectos de expropiaciones, la relación de 923 fincas para la ejecución del proyecto de construcción de plataforma del Corredor Mediterráneo de Alta Velocidad entre Murcia y Almería en el tramo Lorca-Pulpí, de ambos territorios. La noticia se suma a la conocida el 1 de febrero. Entonces Adif anunciaba la expropiación de otras 535 fincas, en el tramo entre Pulpí y Lorca. Ambos argumentos son los que esgrime el Ministerio de Fomento para confirmar que la promesa del ministro, Íñigo de la Serna, de que el AVE entre Murcia y Almería rodará por las vías en 2023, va más allá de una mera declaración de intenciones. Y hay que creerlo. En verdad los pasos que se están dando van en la buena dirección. Pasos que deben alejar cualquier pensamiento tendente a la duda, que la oposición recuerda un día sí y otro también y que los que aquí habitamos situamos encima de la mesa, cuando las obras que en su día iniciara el Gobierno de Zapatero con Jesús Miranda Hita de Secretario de Estado, llevan cinco años paradas. O lo que es lo mismo 2.000 días sin que las máquinas hayan hecho acto de presencia. No se trata de ser agoreros y, ni mucho menos, ver la botella siempre medio vacía. No hay duda de que la intención del ministro y del Gobierno es dar pasos en la buena dirección. Incluso su presencia en Almería cada trimestre es el mejor de los avales en este sentido. Pero no es menos cierto que en el otro fiel de la balanza está la cruda realidad. Aquella que habla de que en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 no hubo un sólo euro para esta magna obra. Que no lo habrá tampoco en 2018, pues vamos a unas cuentas prorrogadas, con lo que esto supone de paralización para nuevas obras o proyectos. Buenas intenciones y pasos en la dirección correcta se están dando, sin duda. Pero la realidad siempre es tozuda y muestra una parálisis de la inversión que va más allá de hechos puntuales y problemas en la inmediatez a resolver. Febrero de 2018 toca a su fin y los trenes, que en teoría deben llegar a Murcia a lo largo de este año aún no tienen fecha para hacerlo, por lo que los tiempos marcados para Almería hay siempre que "comprarlos" con la prudencia que una obra de este calibre requiere. Hablamos de una inversión millonaria, para un total de 185 kilómetros, que requieren años de trabajos a pleno rendimiento, alejados del ralentí en el que nos movemos en la actualidad, en donde no pasamos de información pública y, como mucho, alguna licitación de proyectos.

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