Tribuna

TRINO TORTOSA

Galerista

¿Acaso nos toman por tontos?

No debemos confiarnos ni caer en el error de entrar en el juego de los asesinos ni de los demagogos que solo buscan su beneficio electoral aunque traten de disimular

¿Acaso nos toman por tontos? ¿Acaso nos toman por tontos?

¿Acaso nos toman por tontos?

En los últimos días han surgido dos asuntos que ponen de manifiesto el hecho de que nuestros políticos valoran poco al sentir de la mayoría de los ciudadanos, creyendo que nuestro nivel de inteligencia y análisis está por debajo de la media nacional, por lo que pretenden una y otra vez manipularnos.

El primero de los temas hace referencia al comunicado que la extinta organización terrorista ha efectuado y que algunos políticos intentan hacer pasar, ante todos, como un arrepentimiento por los males causados por los atentados de ETA y una petición de perdón y condolencia por las víctimas mortales, que han causado en los más de 50 años que duró su actividad terrorista. Entiendo que dicho comunicado no es más que una mera maniobra electoralista de cara a las municipales y forales que tendrán lugar en el 2019. Solo así, se explica el que el dolor y arrepentimiento parcial que se señala en el comunicado, sea únicamente para asesinatos o mutilaciones que hayan sufrido las víctimas que no han tenido actuación directa en la "guerra"que se libró en el País Vasco. Es decir, hacen una infame distinción entre víctimas de primera y segunda clase, justificando la muerte de aquellos servidores públicos, militares, guardias civiles, policías y políticos, que murieron por la acción directa de los mal llamados "comandos etarras" y aquellas otras víctimas a las que les atribuyen la condición de "daños colaterales", como serían los asesinados en el atentado de Hipercor o los niños que perdieron la vida con los crímenes del grupo etarra.

¿Cabe mayor cinismo? Pero no acaba aquí la otra intención que como manifiestamente se pone de relieve en el comunicado de la banda. Tratan de llevar al ánimo de la sociedad vasca y española, en general, que lo que hubo durante más de medio siglo en el País Vasco fue una "guerra", utilizando el eufemismo de que era "una situación de conflicto", como reiteró el señor Otegui en su conferencia de prensa, sin preguntas, inmediatamente posterior al comunicado de ETA.

Se empecinan en ocultar sistemáticamente que durante tantos años de dolor no había en el País Vasco dos ejércitos enfrentados, sino que solamente había víctimas y unos asesinos-verdugos que, en múltiples casos, ejecutaban fríamente los asesinatos ordenados por su cúpula dirigente.

Intencionadamente olvidan hacer mención a los más de 350 asesinatos que, a estas alturas, aún no han sido aclarados. ¿Pretenden que la policía y los jueces españoles hagan un borrón y cuenta nueva sobre estas muertes impunes? Tampoco hay que olvidar que la gran mayoría de los atentados y muertes causadas por los etarras, no han sido realizadas, no contra el franquismo, justificación que en su momento se utilizó para justificar estos hechos, sino que fueron realizados después de la amnistía que el gobierno de UCD concedió en 1977. Por lo que, desaparecida la pretendida justificación, solo pueden calificarse como atentados contra el Estado democrático.

El segundo que nos ocupa tiene relación con la subida de pensiones que, necesariamente ha de estar recogida en el proyecto de presupuestos que esta semana va a discutirse en el Parlamento.

Partamos del hecho de que, como ya he expresado en otras ocasiones, nuestro sistema público de pensiones, al ser contributivo, es decir, nutrido de las aportaciones que los empresarios y trabajadores actuales realizan al presupuesto de la Seguridad Social, necesita, no un parche que momentaneamente alivie la diferencia entre lo que se cotiza un mes y lo que se gasta en el pago de pensiones, sino que precisa una reforma profunda si se quiere que nuestro sistema público tenga viabilidad de futuro. No obstante, existen medidas que de forma inmediata podrían hacer frente al problema, que supone el mensual incremento de pensionistas y la dismunución de las cantidades cotizadas por empresa y trabajador.

Nuestros legisladores, en una enmienda al actual proyecto de presupuestos, podrían acordar la salida de las pensiones no contributivas del presupuesto que se atribuya a la Seguridad Social, trasladando el importe de las mismas al Ministerio de Igualdad y Asuntos Sociales. En el proyecto de presupuestos del Gobierno se prevé una subida de un 3% a las pensiones más bajas. ¿Cuáles son estas? Precisamente las que no han cotizado el mínimo necesario para tener una pensión contributiva o las de viudedad. ¡Queda muy bonito! y con gran impacto emocional pancartas que pregonen: "Pensión mínima = salario mínimo".

Pues bien, si esto puede hacerse porque nuestro PIB se mantiene en los últimos tres años como el más alto de laUE, págueseles. Pero no se pretenda el que ese aumento se cargue al presupuesto de la Seguridad Social, o ¿acaso no existe ese Ministerio cuya función es la de procurar el bienestar social?

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