Tribuna

Coronel Javier Ángel Soriano

Subdelegado de Defensa en Almería

Almerienses asesinados en Karlfallach

Almería fue la provincia española con más asesinados en la matanza de Karlfallah, al igual que siguió siendo la provincia española con más emigrantes en Argelia

Sello de Algeria Sello de Algeria

Sello de Algeria

En 1505 los españoles conquistamos el puerto de Mers el-Khébir (Mazalquivir) y cuatro años después Orán, permaneciendo en ambas ciudades hasta 1708 cuando cayeron en manos del bey otomano de Argel. Las volvimos a recuperar en 1732 y finalmente en 1790 se cedió su soberanía al propio bey otomano de Argel.

Salvo el área de Orán, bajo soberanía española más de dos siglos, el resto del actual territorio argelino estuvo dominado por el imperio otomano desde el siglo XVI hasta el XIX, cuando Francia inició su conquista con el desembarco de sus tropas en Sidi Fredj (oeste de Argel) el 14 de junio de 1830. A partir de ese año, los franceses establecieron progresivamente una importante colonia en este territorio, que llegó a tener el estatuto de Departamento de Francia. A medida que las tropas francesas iban avanzando, sobre el terreno conquistado fueron instalándose no solo franceses sino también otros europeos como italianos, malteses y españoles, siendo el mayor contingente de emigrantes europeos no franceses el español. Dentro de este destacaron los mallorquines, valencianos, murcianos y almerienses, instalándose en la costa y en el interior de los departamentos de Orán y Argel. De un total de 459.566 extranjeros residentes en Argelia en 1881, 114.320 eran españoles.

En las últimas décadas del siglo XIX, Almería era la provincia española con la mayor tasa de emigración, casi el 24% de su población. Con un salario de los más bajos de España, y el porcentaje de alfabetización también de los más bajos, por vinculación histórica y cercanía, los jornaleros almerienses buscaron su supervivencia emigrando masivamente a tierras argelinas para dedicarse fundamentalmente al trabajo del esparto, del que se obtenía una pasta para la fabricación de papel. Muchos almerienses fueron a parar a lugares aislados y peligrosos donde realizaron los trabajos más duros y peor pagados, como en los campos de Saida, una población próxima al desierto y rodeada de espartizales, a 178 Km de Oran.

Cuando en abril de 1881 se produjo la insurrección independentista argelina encabezada por el Cheikh Bouamama, conocido por el "hombre del turbante blanco", con diversas escaramuzas entre sus seguidores y tropas francesas, estas acabaron retrocediendo dejando a su suerte en un amplio territorio a la población europea, incluidos los residentes en los campos de Saida.

El sábado 11 de junio, Bouamama tomó Karlfallah, a 20 Km de Saida, dando muerte a cuantos jornaleros españoles y familias se cruzaron en su camino. Aquel sábado fueron masacrados unos 190 emigrantes españoles, la mayor parte de ellos almerienses. El caso más terrible le ocurrió a Juan Ramos Camacho, natural de Tahal, que había viajado a Karlfallah a trabajar en compañía de sus tres hijos y su yerno Roque Navarro, acompañados de dos de sus esposas y una hija. Fueron asesinados los cinco varones, violadas las dos mujeres y niña, falleciendo éstas días después.

Pese a la terrible matanza de Karlfallah y la rápida huida de los emigrantes almerienses, la realidad del paro y la miseria les hizo volver de nuevo a tierras argelinas a los pocos meses. Almería fue la provincia española con más asesinados en la matanza de Karlfallah, al igual que siguió siendo la provincia española con más emigrantes en Argelia.

Y aunque esta matanza fue llevada a cabo por el propio Bouamama y sus seguidores, algunos franceses se manifestaron en el mismo sentido que el escritor Guy de Maupassant en el diario francés Le Gaulois: "… mucha parte de culpa en lo sucedido en Saida es de los mismos españoles, porque estos, con la dureza de su trato para con los árabes, con los desafueros que con estos cometían, atrajeron de tal manera su odio, que cayeron furiosos sobre ellos sin herir un solo francés, siendo las tribus vecinas y en relación constante con los espartales explotados por los españoles los asesinos, no las gentes de Buamama." No cabe mayor ignominia que la expresada por Guy de Maupassant con sus palabras.

El recuerdo de los almerienses masacrados en los campos de Saida tiene que permanecer vivo en nuestra memoria, a pesar de que por desgracia, sigan habiendo muchos Guy de Maupassant que achaquen a la actitud de los emigrantes españoles con los nativos argelinos el origen de las violaciones y asesinatos cometidos por estos, cuando el verdadero origen fue el levantamiento de los independentistas argelinos contra el poder colonial francés.

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