Despierta Almería, que es verano

En este cielo nuestro, vivimos en eterna primavera, y así deberíamos mostrar nuestras calles, plazas, balcones y ventanas, haciendo como otras ciudades, que los arboles visten y perfuman de azahar a su paso por ellas. Tenemos rincones preciosos, por los que pasamos a diario sin darnos cuenta de cuánto percibe la retina de nuestros ojos, porque no nos llama la atención, de lo poco que lucen. Eso podía ser antes, cuando hasta el mismo Paseo de Almería tenía el agua restringida, pero los tiempos han cambiado, y ya gozamos de ese bien líquido.

Plaza de la Apostólica Catedral de la Encarnación: se queja de lo mismo; vacía de ornamentos florales, con veinticuatro palmeras que estorban para todo, no dan sombra y es un suplicio cruzar por ella en verano, sin un árbol que nos cobije bajo sus hojas). Son muchos los grupos de turistas que a diario en pleno día la frecuentan y están parados mientras los guías les explican, y es auxiliante el calor que despide el suelo y el que reciben del cielo. (Ya que están las palmeras, por lo menos que sirvan de soportes para poner una fila de toldos en el centro para todo el verano desde la Residencia de sacerdotes San Juan de Ávila, hasta el comienzo de C/ Eduardo Pérez, así se verían justificadas y servirían para algo

Encantadora y recogida Plaza Bendicho: frente a la oficina de Turismo, ésta sí está agraciada y bien cuidados sus jardines, con el busto de la genial "Celia Viñas". Plaza Granero: con su fuente-surtidor de mármol de Macael, (réplica de la original que estaba en la Plaza de la Catedral, y para el rodaje de la película `Pattón' la quitaron y fue colocada en el Aeropuerto cuando lo inauguraron) Esta plaza con bancos y árboles no tiene ni una sola planta de flores; desde la calle Bailén ya se respira ese olor a jazmín que sale de la tapia del bar Montenegro, hasta la esquina de la cafetería Violeta, dejándola impregnada de ese sutil aroma que la envuelve. Plaza del Cuartel de la Misericordia y de la Iglesia de San Juan Evangelista, actualmente solo ocupa una pequeña parte de la que fue primera Mezquita Mayor y posterior Catedral de la Encarnación llamada "Catedral vieja" en su interior puede verse un trozo de muro de la Qibla y el Mihrad. Frente a la Iglesia se encuentra el cuartel de la Misericordia y en su interior el patio de los naranjos que fue patio de la Mezquita Aljama y su fuente de las abluciones, conservando el primitivo pavimento de piedra de hace mil años; lastima no pueda visitarse por pertenecer a las dependencias militares. Es todo una maravilla con la Alcazaba majestuosa que le sirve de telón de fondo. Toda la plaza está muy bien cuidada de pavimento con frondosos árboles y bancos para el descanso, estos sí están bien coordinados para disfrutar de sus sombras, con buzón de correos, y cabina telefónica. En ella se rodó la película ´Él hombre de Marrakech´ "Chapó por la plaza", aunque le faltan ornamentos florales.

Plaza Campoamor: recoleto y bonito lugar entre las calles Arráez y Ángel Valente, que adorna con un precioso bajo-relieve de San Valentín obra del gran pintor-escultor Jesús Pérez de Perceval y del Moral que realizó en 1965 y se inauguró el 14 de febrero de ese mismo año, conmemorando el día de los enamorados. El genial locutor Álvaro Cruz `Pototo´ desde las ondas de la radio se encargó de recaudar el importe, cuyo coste ascendió a veinte mil pesetas, aportadas por todos los almerienses. Su primer enclave fue el Parque Nicolás Salmerón, en el borde del estanque de los Delfines; ahora ocupa un lugar privilegiado, cercado de un bajo enrejado, dónde los enamorados dejan candados con sus iníciales, al fondo unos árboles con los troncos rodeados de bonitas enredaderas, que le dan frescor y vistosidad a todo el entorno. Bellos rincones recoletos con falta de verdor en sus plazas, sin una brizna de floresta que los embellezcan ¡cuánto queda por hacer sí queremos tener un Casco Histórico realmente bello y acogedor!, las flores dan belleza, armonía, hermosura, frescor, fragancia y un sinfín de adjetivos para calificarlas. Son miles y muchos más los turistas extranjeros y nacionales que nos visitan, y tenemos que ser todos conscientes de mostrarles una limpia y bonita ciudad andaluza, "La más luminosa de toda Europa". Debemos ser consecuentes y tomarnos en serio sus cuidados, mimar nuestro entorno, darles toques coloridos de plantas y flores que embellezcan.