Tribuna

manuel peñalver

Catedrático de Lengua Española de la UAL

Los diccionarios del español (y IV)

Los diccionarios del español (y IV) Los diccionarios del español (y IV)

Los diccionarios del español (y IV)

El Diccionario ideológico (1942) de Casares es el gran diccionario onomasiológico (de la idea a la palabra) del español y una alternativa enriquecedora a los diccionarios alfabéticos como el DRAE y, por tanto, semasiológicos. Podemos destacar en el diccionario de Julio Casares la siguiente estructura. 1. La parte sinóptica. 2. La parte analógica. Es la parte fundamental de esta obra. Está formada y ordenada por 2000 grupos de palabras afines. 3. La parte alfabética constituye, según Edilberto Cruz, un auténtico diccionario de lengua y en cada artículo lexicográfico se definen una por una las acepciones y se explican las locuciones, modismos, frases y proverbios. Como señala este estudioso, las 80000 entradas de la parte alfabética se desarrollan en 887 páginas. Aunque de distinta naturaleza y enfoque, no nos podemos olvidar de una obra valiosísima como es el Diccionario de construcción y régimen de Rufino José Cuervo. El primer volumen (A-B) apareció en 1886, y en 1893 (C-D), el segundo. Al morir el autor, fue el Instituto Caro y Cuervo el encargado de continuar su redacción. Esta labor de innegable esfuerzo filológico comprendió desde 1942 hasta su finalización en 1994. La aportación de Fernando Antonio Martínez, director del Departamento de Lexicografía del insigne Instituto, fue proverbial. Del mismo modo, hay que destacar la contribución de José Álvaro Porto Dapena al. Escribió la mayor parte del volumen III. La conclusión de los cuatro últimos tomos (V, VI, VII y VIII) constituyó un hecho que debe ser reconocido en los anales de la filología hispánica. Es el gran diccionario sintáctico del español, cuyo objetivo es describir las funciones y relaciones gramaticales de cada una de las palabras, que se incluyen en su macroestructura. Como indica Edilberto Cruz, cada una de las palabras presenta un estudio etimológico, explicaciones sobre la conjugación irregular de los verbos, las variantes prosódicas y los problemas ortográficos. El estudio de las preposiciones es excepcional.

Los diccionarios etimológicos son otro apartado de extraordinario interés, sobre todo el por todos conocido, Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de Joan Corominas y José Antonio Pascual. Son 6 volúmenes (1980 a 1991). Es una obra rigurosa, con una gran información, donde brillan los profundos conocimientos filológicos de los autores. La filología española consta así con un diccionario que muy pocas lenguas tienen. La influencia del Diccionario de uso de María Moliner es clara en la ordenación de la macroestructura, como ha puesto de manifiesto Edilberto Cruz. Debemos tener en cuenta, asimismo, en el estudio de los diccionarios del español a los de sinónimos y antónimos y a los escolares, por sus grandes ventajas y contribución a la enseñanza de nuestra lengua.

Es fundamental que sepamos qué es la macroestructura, qué es la microestructura de un diccionario y cómo son las definiciones del sentido que tiene el significado en las acepciones correspondientes, que, si hay más de una, van numeradas. La macroestructura es el conjunto de artículos lexicográficos que componen un diccionario. Debemos considerar, en relación con ello, cuántas entradas léxicas tiene y por qué, la ideología, la unidad que se toma como entrada y el proceso de lematización (reducción a un lema: en los verbos, el infinitivo, en los sustantivos, el masculino singular, seguido de la última consonante y del morfema -a, si tiene femenino, o el femenino, cuando no hay otra forma, el adjetivo, con sus dos formas cuando las tiene), la polisemia y la homonimia (ya que afectan al número de entradas), el orden alfabético (en los semasiológicos) y temático (en los ideológicos), la fraseología, inclusión de neologismos, tecnicismos, regionalismos y americanismos.

En el caso de la microestructura, hay que tener en cuenta la palabra que sirve de entrada léxica, que recibe el nombre de lema, y que forma con el cuerpo del artículo (información etimológica, de pronunciación, ortográfica, morfológica, sintáctica, pragmática, niveles de lengua o diastrática, registros de habla, geográfica o diatópica, diacrónica, marca técnica, estructuras complejas, locuciones, que aparecen como subentradas) y las acepciones el artículo. Las definiciones resultan esenciales. Van numeradas, en muchos diccionarios, por la frecuencia del uso. Conviene que las definiciones sean claras, precisas, sencillas. La unidad léxica debe estar definida por un descriptor más genérico que ella. Ignacio Bosque señala que, según la naturaleza del metalenguaje empleado, las definiciones pueden ser propias (hiperonímicas, sinonímicas y antonímicas), impropias, orientadas al uso, enciclopédicas y según la estructura sintáctica.

En definitiva, los diccionarios del español, a lo largo de sus más de cinco siglos de historia, comenzando por los bilingües de Nebrija, latino-español y español-latino, constituyen un capítulo apasionante. Una lengua, con el prestigio cultural que tiene la nuestra, reclama que, cada vez, se preste más atención a la diccionarística y su vertiente teórica. El objetivo no es otro que los diccionarios generales, temáticos y escolares sean cada vez mejores.

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