Tribuna

Alfonso Berlanga

Responsable del Aula Socialista de Cultura de Almería

Un foro para la reflexión y el debate

Asistimos estos días atónitos y confundidos a lo mucho que parece preocupar a la sociedad española el caso Cifuentes y su máster

Un foro para la reflexión y el debate Un foro para la reflexión y el debate

Un foro para la reflexión y el debate

C UANDO todavía resuenan los ecos de las magníficas intervenciones de Baltasar Garzón y Andrés Perelló en el nuevo ciclo de conferencias que organiza el Aula Socialista de Cultura de Almería sobre "Derechos humanos, memoria y laicidad", pienso en la situación en la que se encuentra sumida la sociedad española y en el valor que se les da a las cosas bien hechas. Me explico. Asistimos estos días atónitos y confundidos a lo mucho que parece preocupar a la sociedad española el caso Cifuentes y su inexistente Master al que renuncia con un infantil "no lo quiero" como haría un niño con un juguete que no le gusta. Pero, pocos se preguntan qué hay detrás de esta infantil renuncia.

Para empezar, esta niña mala no es ni más ni menos que la Presidenta de una de las Comunidades Autónomas más importantes de España, pertenece al partido que nos gobierna y está instalada en la realpolitik desde que le salieron los dientes. O sea, que no tendrá Master, pero sabe un rato. Lo que sucede es que lo que sabe lo emplea muy mal y hace mucho daño, ya que ha envilecido de golpe a la Universidad -especialmente a la pública-, a la política -debería ser una servidora pública-, a la educación -dando un nefasto ejemplo a todos los estudiantes-, a la sociedad -dando por buenas la trampa y la mentira- y a sí misma -al respetarse muy poco como persona-. Pero ya se sabe, para algunos políticos todo vale con tal de salvar sus prebendas y su sillón que todos pagamos.

Contra este tipo de comportamientos intentamos en el Aula socialista de cultura ofrecer a la ciudadanía, a través de la reflexión, el análisis y la crítica, que no todo vale ni todos somos iguales. Pretendemos una sociedad más honesta, más justa, que reflexione y analice los asuntos desde una ética colectiva donde los valores ciudadanos se impongan al oportunismo y a la mentira. No hace falta ser erudito para ser honrado, pero el ejercicio intelectual que se deriva de la comprensión y la reflexión de los problemas nos ayuda, sin duda, a no planteárnoslo siquiera. Y aquí reside la idea de lo que pretende ser el Aula socialista de cultura de Almeria, un foro de reflexión crítica abierto a toda la ciudadanía donde debatir los grandes temas que nos afectan desde planteamientos éticos cívicos en los que no caben ni la injusticia, ni la corrupción, ni el oportunismo político. Intentamos hacer camino despertando la conciencia ciudadana y apelando para ello a las esencias de nuestras señas de identidad que son, al fin y al cabo, las de todas las personas de bien; las de todos los que luchan contra las injusticias, la corrupción de la vida pública, la falta de ética personal y colectiva, la teoría del todo vale, el enriquecimiento ilícito, la política vacua y vocinglera… Apostamos, en suma, por una regeneración de la vida pública y por recuperar los valores cívicos, por la profundidad y calidad de los mensajes, por el análisis y la reflexión crítica, por la riqueza temática y conceptual, por el ejercicio honrado y sincero de la palabra, por el discurso abierto y libre.

No nos resignamos ni a la mediocridad de la vida pública, ni a la superficialidad de los mensajes, ni a la falta de consistencia de las propuestas políticas y ciudadanas. No nos resignamos a unos representantes públicos que no defienden los auténticos intereses ciudadanos. No nos resignamos a unos planteamientos de vida fáciles y hueros que solo nos llevan a instalarnos en la mediocridad y en la acrítica para poder ser manejados con mayor facilidad.

La complejidad del mundo global nos obliga a rearmarnos civil e ideológicamente para responder mejor a los peligros que a diario nos acechan y estar mejor preparados para afrontar los retos que se nos presentan. Lo que sucede hoy en cualquier lugar del mundo nos afecta más de lo que suponemos y las decisiones están supeditadas, en la mayor parte de los casos, a lo que ejecuten los Trump de turno. Nuestra conciencia ciudadana nos obliga a decir "no" claro y tajante cuando atenten contra la verdad, la justicia social, la responsabilidad ciudadana, la ética pública, nuestros derechos y nuestras libertades.

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