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TRINO TORTOSA

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Que hablen de mí, aunque sea mal

Pablo Iglesias ocupa la calle y llama la atención con un autobús intentando hacernos creer que es el único partido que combate la corrupción...Una estrategia engañosa

Que hablen de mí, aunque sea mal Que hablen de mí, aunque sea mal

Que hablen de mí, aunque sea mal

Nuestro inconmensurable, Pablo Iglesias Turrión nos ha dado en estos últimos días un ejemplo impagable de lo que es la nueva política que nos han venido vendiendo desde su aparición en el ruedo político. No ha podido ser más clara y digna de elogio la lección de buen hacer dentro del marco político. Me refiero a la utilización de un autobús para llevar a la ciudadanía el mensaje de que Podemos es el único partido que, de veras, lucha contra la corrupción pretendiendo limpiar la política española de la "trama" que controla, en su criterio, la economía y en general la vida política española.

Lástima que a su brillante cerebro no se haya ocurrido, en este caso, nada más que copiar la idea de un grupo, casi desconocido, en el panorama español como el que representa la asociación, "hazte oír" que, con su famoso autobús naranja consiguió, con independencia del mensaje difundido, que nadie en el conjunto de la ciudadanía, unos a favor y otros en contra, dejaran de conocer su existencia.

Sería interesante que Don Pablo explicara a los ciudadanos algunas cuestiones relativas a su famoso autobús que tan ampliamente ha sido objeto de comentarios periodísticos, incluso el mío, e interminables minutos en todas las cadenas televisivas nacionales, especialmente en aquellas dos que hábilmente son más proclives a la difusión de la doctrina podemista.

¿Qué consideran que tiene mayor mérito y dificultad, el contribuir mediante una labor parlamentaria o el colocarse detrás de cualquier tipo de pancarta reivindicativa subiéndose a un autobús?

La labor parlamentaria diaria, aparte de necesitar un trabajo constante que se plasme en proposiciones de Ley, interpelaciones al Gobierno para su control y favorecer las iniciativas legislativas que redunden en el beneficio general de la ciudadanía, resulta menos espectacular y brillante que el constituirse en adalid y patrón de todas aquellas causas que afecten a un determinado colectivo, ocupando la calle y dejando en segundo término la reivindicación planteada; pues, muchas de ellas, no entran dentro de las posibilidades reales de solución y, alguna, podría ser calificada de inconstitucional. Válganos como ejemplo el tema de los estibadores portuarios.

Una cuestión a la que el Sr. Iglesias ha eludido responder en relación con su autobús azul, es ¿De dónde sale el dinero imprescindible para estos montajes si, según se recogió en algunos medios de comunicación, Podemos terminó el proceso electoral con un déficit deuda de 500.000 euros?. Hay otra cuestión que debería ser aclarada en aras de la necesaria transparencia. ¿Cómo el autobús azul de Podemos pudo circular libremente por las calles de Madrid cuando el autobús naranja de "hazte oír", no fue solo multado, sino también inmovilizado por la Policía urbana, dependiente de un destacado concejal podemista?

Otros ayuntamientos podemitas, Valencia, Zaragoza, también prohibieron la circulación de autobús naranja que tuvo que modificar o anular algunos de los mensajes que figuraban en su carrocería, mientras que dichos Ayuntamientos esperan la llegada animada del autobús azul. Lástima que se aplazara su salida a las carreteras nacionales por problemas técnicos. Menos mal que el autobús continuó su periplo, una vez solucionados su problemas, pero quedando en el ambiente la reiterada impresión de que existen dos varas de medir en lo que concierne a Podemos.

Brevemente hay que hacer mención a la petición de comparecencia y explicaciones de la Ministra de Defensa, Cospedal, presentada ante el Parlamento con urgencia por el PSOE con motivo de la orden dictada a fin de que desde el medio día del Jueves Santo, hasta el amanecer, la bandera Constitucional de España permaneciera a media asta en señal de luto en los edificios, buques e instalaciones de los ejércitos.

No me cabe duda de que en su afán del voto y la pérdida del protagonismo, en el panorama político, el PSOE no ha querido perder comba con Podemos, competidor muy hábil en crear problemas donde no existen para la mayoría de ciudadanos en lugar de proponer soluciones para sus problemas reales. Lástima que los proponentes de la interpelación, olvidan que aunque España sea un Estado aconfesional, que no laico, el propio Felipe González, tomó idénticas medidas que históricamente son muy anteriores al franquismo y que responden al sentir de una gran mayoría de la población española.

Ambas actitudes de los dos partidos que dicen representar a la izquierda española no se deben a otro afán que el hacer realidad, "que hablen de mi aunque sea mal".

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