Tribuna

Javier Ángel Soriano Trujillo

Subdelegado de Defensa en Almería

Una infraestructura para la Defensa

Mucho camino queda por recorrer para que la UE deje de ser esencialmente una "Unión de Mercaderes", y los pasos dados con proyectos como el de la movilidad militar

Una infraestructura para la Defensa Una infraestructura para la Defensa

Una infraestructura para la Defensa

El Tratado de la Unión Europea dispone en su artículo 42.6 que los Estados miembros que cumplan criterios más elevados de capacidades militares y que hayan suscrito compromisos más vinculantes en la materia para realizar las misiones militares más exigentes, establecerán una "Cooperación Estructurada Permanente" (CEP) en el marco de la Unión, rigiéndose esta CEP por el artículo 46 que determina que los Estados miembros que deseen participar, deberán notificar su intención al Consejo Europeo (CE) y al Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

Después de tantos años de fracasos de la Unión Europea (UE) a la hora de definir una estrategia común de Defensa, el pasado 13 de noviembre, a iniciativa de Francia, Alemania, Italia y España, 23 Estados miembros dieron el primer paso para poner en marcha la CEP firmando la notificación a que hace referencia el artículo 46 del Tratado, con el propósito de sentar la base a partir de la cual poco a poco se vaya configurando una Europa con estrategias comunes y compartidas en materia de Seguridad y Defensa, de naturaleza vinculante.

El 11 de diciembre, el CE puso en marcha la CEP en respuesta a esta notificación, sumándose en ese momento otros 2 Estados miembros, lo que eleva a 25 el número total de Estados comprometidos de los 28 que conforman actualmente la UE (menos Dinamarca, Malta y obviamente Reino Unido).

Y es en este ámbito de la CEP cuando el pasado 6 de marzo los Ministros de Defensa de los 25 Estados miembros comprometidos aprobaron 17 proyectos de capacidades, siendo uno de ellos el relativo a la movilidad militar con el objetivo de modernizar las infraestructuras y reducir las barreras jurídicas y burocráticas en el traslado de fuerzas y material militar a través de los distintos Estados miembros de la UE, para hacerlas llegar lo antes posible a cualquier punto del territorio europeo o para lanzar operaciones militares más allá de este territorio, puesto que no existe un espacio Schengen de la Seguridad y Defensa Europea (sin fronteras interiores).

Eliminar las barreras físicas y diferencias normativas y de procedimientos es esencial para asegurar la movilidad militar, lo que va a requerir incrementar el presupuesto previsto para completar en 2030 los corredores paneuropeos de transporte acordados en 2014, en los que no se consideraron los requisitos militares para que estos corredores tengan uso dual (civil y militar), así como armonizar las normas nacionales sobre el transporte y reducir la burocracia administrativa.

Se trata, en esencia, de que en la red de transporte paneuropea no haya puntos críticos (puentes, viaductos, túneles, vías de ferrocarril, etc…) que ralenticen el desplazamiento de fuerzas militares a través de cualquier Estado de la UE, y que las normas y procedimientos nacionales no lo dificulten.

Como primer objetivo de este proyecto, la Comisión Europea de Transporte se ha propuesto tener identificados en 2019 los tramos de la red de transporte paneuropea adecuados para el transporte militar y las mejoras necesarias en las infraestructuras existentes.

Pero el uso dual de las redes de transporte no es algo nuevo, más bien lo contrario. Nos podemos remontar a la época del Imperio romano cuyas calzadas son un claro ejemplo del aprovechamiento dual de una red viaria, puesto que sirvieron a Roma para movilizar grandes efectivos militares con una rapidez nunca vista hasta entonces, y a su vez para agilizar notablemente el transporte de mercancías y la expansión de su cultura, facilitando con ello la romanización del Imperio.

Más cercano en el tiempo tenemos otro ejemplo en los caminos reales que construimos en América y que fueron nuestras rutas principales de transporte para la comunicación, el comercio y el cambio cultural en los territorios conquistados.

Es evidente que los tiempos no son los mismos y que desde Bruselas sólo se centralizan algunos aspectos de gobierno de la UE, fundamentalmente el económico, en tanto en otros aspectos son los Estados miembros los que mantienen su soberanía, entre estos, el relativo a la política de Seguridad y Defensa.

Mucho camino queda por recorrer para que la UE deje de ser esencialmente una "Unión de Mercaderes", y los pasos dados con proyectos como el de la movilidad militar, adecuando los corredores de transporte paneuropeo para uso dual, contribuyen a ello, debiendo ser esos corredores auténticos ejes vertebradores de la UE en todos los sentidos.

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