La presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid es sorprendida, un día sí y otro también, por hechos o rumores, que dañan su imagen pública. Y, a la hora de señalar el origen, se recurre al lenguaje figurado para hablar del fuego enemigo, pero, de la misma manera, del fuego amigo. En política, el fuego amigo se identifica bien pronto con la deslealtad. El titular de un medio digital señalaba: «La sospecha del fuego amigo planea de nuevo sobre la cabeza de Cifuentes». ¿Se pueden considerar fuego amigo las declaraciones de Ignacio González, involucrado en la operación Lezo, o de Francisco Granados, implicado en la operación Púnica? Algunas de estas revelaciones han traspasado la frontera de lo público para adentrarse en el ámbito de la intimidad y de la vida privada de la señora Cifuentes. Los rumores sobre una relación sentimental con Nacho González no parten de ningún miembro del PSOE, Ciudadanos o Podemos, sino del señor Granados. «La falta de dominio propio en nuestra lengua, abre la puerta a todo tipo de palabras ofensivas como el sarcasmo, el chisme, la maledicencia», dijo Jerry Bridges con el enunciado que, pareciendo psicología, es filosofía y comunicación o las tres ramas del saber, a la vez. Como reflexión en esos instantes en los que la serenidad se hace sintagma en forma de sintaxis de la dicción, sentenciaba Louis Bourdaloue: «La maledicencia mata a tres personas: al que maldice, aquel del que se maldice y el que se haya presente cuando se maldice». Hablar con el fundamento de la verdad es comunicarse con los demás con la literatura de los enunciados convertida en moral y en ética. «Pocas personas son capaces de demostrar un principio de ética común cuando su deliberación está envenenada de emociones», escribía Truman Capote en A sangre fría. La señora Cifuentes habrá pensado estos días en las lecturas de la vida para aprender de las emociones negativas hasta convertirlas, con la ayuda de la meditación budista, en el color naranja del estado zen; proyectando en la blanca pantalla de la existencia el episodio de su propio calvario. Ahora debe demostrar que las calificaciones del máster, que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos, son correctas, de acuerdo con el sistema de evaluación, la transparencia y el rigor académico. Eliminar las dudas y alumbrar las sombras con la luz de la certeza y la claridad es lo que tiene que hacer cualquier mujer u hombre público. En la traducción de Antonio Ranz de Las vidas paralelas de Plutarco leemos: «Era Clodio de una de las primeras familias, en los años joven, y en el ánimo osado y temerario. Teniendo amores con Pompeya, mujer de César, se introdujo ocultamente en su casa disfrazándose con el vestido y demás adornos de cantatriz. Celebraban las mujeres aquella fiesta y sacrificio arcano, nunca visto de los hombres en casa de César, y no |podía ser admitido ningún varón; pero, siendo todavía Clodio mocito, que aún no tenía barba, esperó que podría quedar desconocido llegando con las mujeres hasta donde estaba Pompeya; mas, habiendo entrado de noche en una casa grande, se perdió en los corredores; y, habiéndole visto andar desatentado, una sirviente de Aurelia, madre de César, le preguntó su nombre. Precisado a hablar y diciendo que buscaba a Abra, criada de Pompeya, conociendo aquella que la voz no era femenil, gritó y empezó a llamar a las mujeres. Cerraron estas las puertas, y registrándolo todo, encontraron a Clodio que se había guarecido en el cuarto de la criada, con quien había entrado. Hizose público el suceso. César repudió a Pompeya; y a Clodio se le formó causa de impiedad». De este episodio surge el enunciado de que la mujer del César no solo debe ser honesta, sino también parecerlo. Aplicado a la política, se interpreta en el sentido de que cualquier mujer u hombre, en el desempeño de un cargo político, debe estar libre de toda sospecha.
Pero ocurre que, en circunstancias como las vividas por la presidenta de Madrid, duele más el silencio de los suyos, en esas primeras horas, que las duras críticas de los partidos de la oposición. Estoy convencido de que Cristina Cifuentes, en los momentos más difíciles, habrá pensado en la frase latina: Sit transit gloria mundi. La misma aparece en un fragmento de la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis: O quam cito transit gloria mundi: Oh, cuán rápida pasa la gloria del mundo. La oposición pide que comparezca en el pleno de la Cámara regional para responder a cualquier pregunta sobre los aspectos académicos y administrativos del máster. La frase del libro IV de Las vidas paralelas de Plutarco vuelve a ser actual. «Dicen que la historia se repite; lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan», señalaba Camille Sée.
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