Tribuna

Coronel Javier Soriano

Subdelegado de Defensa en Almería

El origen del topónimo Almería

El padre Tapia recogió más de doce interpretaciones del significado de este topónimo. Arabistas insignes lo tradujeron el primero por la Atalaya y el segundo por la Vistosa

El origen del topónimo Almería El origen del topónimo Almería

El origen del topónimo Almería

Sobre el origen del topónimo Almería hay diversas tesis, siendo la más extendida la relativa a la torre de vigilancia que se situaba en lo más alto del Cerro de la Alcazaba, en lo que hoy es el tercer recinto. De esta torre vigía o atalaya procedería el nombre de la ciudad: Al-mariyyat Bayyana, la atalaya de Pechina. También en su día el movimiento indaliano quiso traducir el topónimo Al-Mariyyat como "espejo del mar", interpretación dada ya en el siglo XIX por Pascual Madoz Ibáñez, quien en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar proponía la etimología Meria al-Bahri.

Otra tesis es la que recientemente ha publicado en La Opinión de Almería el investigador de la Historia del Lenguaje D. Enrique Cabrejas afirmando que el nombre de Almería es un acrónimo ibérico-helénico que define aquello tan peculiar de la zona y por lo que fue conocida. De acuerdo a este investigador, Almería es un acrónimo en español de "costa de la sal". AL significaría (SAL) que junto a MER (COSTA) más la desinencia IA (DE) nos da el nombre de Almería. Pero hay una tesis a la que no se suele hacer referencia y es la que en su día expuso el sacerdote, historiador, cronista oficial de la ciudad de Almería y medalla de plata de la provincia D. Jose Angel Tapia (Padre Tapia) en sus obras Virgen del Mar (1987) y La Virgen María en nuestra tierra (1988). De acuerdo a esta, en el año 931 Abd al-Rahmán III mandó construir una armada en las atarazanas del puerto de Pechina, nombrando almirante a Muhammad ibn Rumahis, quien transformó en el año 955 el puerto en la ciudad de Almariya. Rumahis debía ser mozárabe, pues puso a la nueva ciudad el nombre de Mariya = María. El padre Tapia recogió más de doce interpretaciones del significado de este topónimo. Arabistas insignes (Miguel Asín Palacios y Jacinto Bosch Vilá) lo tradujeron el primero por la Atalaya y el segundo por la Vistosa. El geógrafo oriental Yaqut, en el siglo XII, refiriéndose a Santa María de Albarracín, dijo: "creo que Mariya se refiere a Maryan (María) en el lenguaje de los cristianos". Es el mismo topónimo que el de nuestra ciudad. Almariya = Maryan = María = Almería. Confirma esta versión de Al-Mariya por al-María la que aragoneses y castellanos heredan de antepasados mozárabes o reciben de los granadinos en el siglo XIV y dan en la Crónica de San Juan de la Peña y en el Poema de Alfonso XI.

Abdel Aziz Salem, agregado cultural de la embajada de Egipto y director del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos (Madrid), autor de una Historia de Almería en árabe, en una conferencia pronunciada en nuestra ciudad el 26 de septiembre de 1978, dijo: "es posible que el nombre de Almería, pronunciado en árabe con una Fatha sobre la letra Mim = Almariya, que no es empleado en España más que en esta ciudad, tenga una interpretación más allá del sentido único de Atalaya o Torre de Vigía, puesto que no es la única ciudad marítima que posee una Alcazaba". Y añadía: "Quizá el nombre de Mariya se refiera a la Virgen; su estatua se colocó sobre la puerta meridional de Córdoba y también sobre una de las puertas de Pechina…".

Abdel Aziz Salem, como Évariste Lévi-Provençal, creía que cuando el geógrafo hispanoárabe Abu Abdullah al-Bakri decía que sobre una puerta de Pechina había una hornacina con una imagen de la Virgen María, se refería a una puerta de la cerca de aquella población. El Padre Tapia suponía que se refería a la puerta que dejaron en la cerca de la nueva Madina al-Mariya = Ciudad de María, por la que entraba el camino que venía de Pechina, y por esto la llamaba Puerta de Pechina. Como Rumahis dedicó la nueva ciudad a la Virgen María y le dio su nombre, puso sobre la puerta principal una imagen suya. Cuando Jayran rodeó de murallas el arrabal de la Musallá, a la puerta que dejó en ellas sobre el camino de Pechina, la llamaron de Pechina y a la primera puerta de Pechina, la llamaron de la Imagen, nombre con el que llegó a los castellanos del siglo XVIII.

Mientras Rumahis y su hijo vivieron, se mantuvo el equilibrio entre mozárabes, musulmanes y judíos, que durante más de un siglo había hecho posible una convivencia sin discriminaciones, la fundación de la ciudad de María y la veneración de su imagen en la puerta principal. Con almorávides y almohades desaparecieron de nuestra tierra las minorías cristiana y judía.

Interesante tesis del Padre Tapia, "soslayada" habitualmente.

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