En la noche del pasado jueves el municipio de Vera vivió, como viene sucediendo en los últimos años, una jornada de emoción y de convivencia gracias al homenaje a las 150 víctimas del terremoto que aconteció en el año 1518, lo que supuso entonces una pérdida de gran parte de la población de este municipio del Levante almeriense.

Decenas de vecinos se dieron cita en la explanada del Pabellón Municipal de Vera para realizar un nuevo ascenso a la cumbre, que comenzó cerca de las 21:00 horas de la noche para llegar aproximadamente a las 23:00 horas, cuando ocurrió todo. El alcalde de Vera dirigió unas palabras en memoria del terremoto de 1518, un hecho que marcó para siempre su historia.

Decenas de vecinos subieron hasta la cumbre del cerro para recordar el momento

Cuando den las 23:00 horas se apagó la luz que iluminan la imagen del Sagrado Corazón y se guardó entonces un minuto de silencio. Un momento que cada año resulta muy emotivo y que no deja indiferente a ninguno de los asistente, y en esta ocasión no fue para menos.

Otra persona vestida de época, que dio vida al alcalde de aquella época, Yñigo de Guevara, recitó un manifiesto escrito para la ocasión en castellano antiguo. Una vez que terminó la lectura de este manifiesto, se encendió otra vez la luz de la imagen, y un cuarteto deleitó a todos los allí presentes gracias a una composición italiana, que se hizo para los que había fallecido en la montaña, y se pondrá una grabación del himno de `La muerte no es el final'.

Con el fin de combatir las altas temperaturas que ya se han hecho con la provincia de Almería, más aun teniendo en cuenta la altura en la que se realizó este acto, la organización preparó un chocolate caliente que pudieron disfrutar todos juntos, fomentando de esta manera la convivencia.

El pasado domingo, se hizo otro homenaje previo, haciendo mención a esta historia. Y es que,hace 499 años, el pueblo de Vera , que se encontraba entonces al abrigo del cerro del Espíritu Santo, sufrió el revés más fuerte de su historia. A las 23:00 horas de la noche, mientras todos sus vecinos dormían, la tierra tembló, sembrando el pánico, el horror y el miedo, y destruyendo prácticamente en su totalidad lo que era esa `Vera Vieja'. Aquella noche oscura dejó un total de 150 víctimas, lo que suponía entonces, el 25% de su población. Ahora, casi cinco siglos después, sus vecinos siguen recordando este hecho, que propició el dibujo de la Vera llana.