Lo bueno se quedaba para el final, pensarán muchas de las miles de personas que han desfilado en los cuatro últimos días por cualquiera de las actividades del tradicional San Marcos ejidense. El día grande de estas fiestas tan queridas para los habitantes del núcleo central de la comarca del Poniente almeriense se vivió con una gran participación popular y la tradicional alegría y devoción que acompaña cada año al acto central de los festejos: la procesión-romería rociera con la imagen del santo, un evento que contó en este 2018 con la participación de un total de 39 carrozas y 112 caballos.

El viento de los días anteriores dejó paso al calor que suele traer casi siempre el Levante cuando sopla, pero lejos de ser óbice para disfrutar la jornada, permitió a los participantes 'remojarse' más si cabe por dentro. La alegría de las carrozas, copadas por colectivos clásicos del municipio y otros más jóvenes que se van incorporando poco a poco a la tradición, se desarrolló con total respeto al evento religioso en el que se integra, y al que confiere un carácter único. Numerosas cabezas tractoras y remolques decorados la mayoría al estilo rociero, y con toques de humor en muchas de ellas (incluidos distintos disfraces de sus componentes) contribuyeron a la configuración de una fiesta de la que los ejidenses se sienten muy orgullosos. De hecho, por estas fechas son numerosos los emigrantes que regresan a El Ejido desde otras provincias e incluso desde fuera de España para disfrutar de San Marcos.

La avería de uno de los remolques al poco de iniciarse el cortejo retrasó éste algunos minutos, aunque pudo ser reparado in situ y seguir participando en el desfile, que se desarrolló sin más incidencias y con un gran ambiente.

La actividad se inició de buena mañana a las puertas de la Iglesia de San Isidro, con el reparto de las 13.000 rosquillas bendecidas que se fabricaron para una ocasión tan especial. Minutos antes de la Misa rociera celebrada en el propio templo se celebró la entrega de medallas a los nuevos miembros de la Mayordomía de San Marcos y tras la celebración de la santa misa se inició el cortejo procesional religioso y el resto del desfile popular.

Como novedad este año, se contó con la participación en la romería de cuatro chicas vestidas con los trajes típicos de la faena de la época más antigua que se recuerda, sobre la base de la tradición oral y las fotografías que se han podido documentar. Esta celebración religiosa y popular data de más de 60 años en el municipio ejidense, y con anterioridad ya se celebraba, cuando este importante municipio del Poniente no existía como tal, y pertenecía a Dalías.

Los bares y restaurantes de El Ejido estuvieron a tope durante toda la jornada, como es habitual. En los últimos años se ha extendido la costumbre de realizar reservas con mucha antelación, justo para la jornada del domingo de San Marcos. La fiesta se prolongó hasta la madrugada pese a ser domingo, y es que en El Ejido no se trabaja hoy lunes 23 de abril, ni tampoco acuden los niños y jóvenes a colegios e institutos, pues la jornada fue decretada como fiesta local por el Ayuntamiento en virtud de una petición popular a la que se atendió recientemente. El lunes de resaca. El objetivo de que las fiestas se disfruten hasta el final volvió a cumplirse.