Un año más, la Villa de Níjar ha dado la bienvenida a la estación otoñal de la mejor manera posible: con sus fiestas de septiembre, que cada año congregan a más visitantes de diferentes puntos de la provincia. También son especialmente entrañables para los vecinos, ya que en estos días han sido muchos los emigrantes retornados que buscan un hueco para volver a sus raíces y estar con los suyos.

Han sido cinco días inolvidables que ayer tuvieron su colofón con una jornada que tuvo una programación con la que los nijareños se volcaron. Desde mediodía, los más pequeños disfrutaron con los Juegos Infantiles amenizados por Atalayas del Levante. Otro de los momentos de más participación de la jornada llegó justo después con la degustación de gazpacho a cargo de la empresa nijareña Biosabor, un referente dentro del sector agroalimentario almeriense y europeo. Un auténtico embajador de la despensa europea con sello del municipio para orgullo de todos los vecinos, y que ayer quiso estar con ellos, en su tierra, disfrutando también del último día de estas fiestas de otoño.

La feria del mediodía congregó a varios centenares de personas en La Glorieta, que un año más ha sido epicentro del mejor ambiente, y que ayer no fue menos. Familias al completo se juntaron para despedir esta festividad hasta el próximo año y casi no cabía un alfiler.

Entre charangas y conciertos, la música ha sido protagonista durante estas cinco jornadas, y ayer no iba a ser menos. Desde las 16:00 horas de la tarde Los Vinilos, banda que está triunfando en la provincia de Almería, deleitó y arrancó a bailar con a todos los presentes en La Glorieta hasta bien entrada la noche.

La gran traca final, casi a media noche, fue el colofón a unas fiestas que se despiden hasta el próximo año, aunque no serán las últimas en el municipio, ya que el próximo mes de octubre habrá una nueva cita con la fiesta en honor a la Virgen del Rosario en Huebro.