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El pueblo brilla con las perseideas en su tercer 'Paseando entre velas'

  • Más de 8.000 personas acudieron a las actividades en un escenario idílico, en el que no quedó ningún rincón sin iluminar

El equipo municipal posa en una de las noches más especiales para la localidad de Vícar.

El equipo municipal posa en una de las noches más especiales para la localidad de Vícar. / d.a

No quedó un rincón sin iluminar, ni una fachada decorada con dibujos y candiles, para acompañar el juego luminoso y enigmático que cada año, fiel a su cita de agosto, llega desde la constelación de Perseo, transformadas en las conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, en la noche del jueves en Vícar. Las más de 10.000 velas y farolillos repartidas por calles, plazas y callejones, alumbraron el paseo de las más de 8.000 personas que acudieron a la Villa de Vícar, para disfrutar de esta noche mágica que bajo la denominación de 'Paseando entre velas', por tercer año consecutivo han organizado la Asociación de Vecinos 'San Benito' y el Ayuntamiento de Vícar y que en esta su tercera edición ha estado dedicada a La Carrera Espacial.

Desde primera hora de la tarde, los rincones más emblemáticos de la Villa de Vícar, fueron acogiendo actividades y a recibir la visita de familias llegadas desde distintos puntos del municipio, de la comarca y de la provincia. Numerosos veraneantes que se tomaron el evento como una actividad más dentro de sus vacaciones y que no dejaron de plasmar con sus cámaras y móviles las imágenes más dispares de esta agradable visita. Desde la Plaza del Barranquillo, epicentro de la fiesta, donde las actividades se ponían en marcha con un taller de percusión, hasta el Lavadero, donde la compañía Alejú escenificaba sus cuentacuentos, con merienda incluida. En otro de los rincones, la Fuente del Barranco , decenas de niños elaboraban portavelas de escayola y llaveros de macramé, mientras que en la Puerta Margarita fabricaban candiles de lata y de aceite o estampaban bolsos y mochilas. Otros aprendían a trabajar el esparto o a utilizar el papel para hacer estrellas, en la Travesía Estación, de donde otros muchos salían con sus caras pintadas o sus trenzas.

Fotocall, fachadas decoradas con dibujos y mensajes, talleres, cuentacuentos, pasacalles, exposiciones, actuaciones en vivo o cualquier otro detalle, se fueron convirtiendo en motivos para el recuerdo para los miles de visitantes, repartidos por toda la villa, mientras iba cayendo la noche. Entonces llegó uno de los momentos culminantes del evento, el encendido de velas, por parte de vecinos y voluntarios, Al pie de la Iglesia Fortaleza, el alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, prendía la primera vela y en pocos minutos, toda la villa quedó iluminada, comenzaba entonces el paseo entre velas, dejándose ver la gran afluencia de visitantes y a la vez el resultado de muchos días de trabajo por parte de los vecinos. La disposición de las velas recreando estrellas, cohetes espaciales y hasta indalos, fueron tomando forma e iluminando los diferentes rincones, a la vez que resonaban los tambores de la batucada que a modo de pasacalles fue recorriendo la villa, con Kalima du Samba.

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