Roquetas de Mar

Un padre alerta de que su hijo de 13 años sufre acoso y violencia en el instituto

  • Ayer interpuso una denuncia ante la Guardia Civil por unos hechos que llevarían sucediendo desde septiembre en el IES Turaniana

  • Cuenta con partes médicos tras cinco agresiones en boca, costillas, brazos y tobillo

Denuncia presentada ayer ante la Guardia Civil por Manuel Miguel Baena Martín.

Denuncia presentada ayer ante la Guardia Civil por Manuel Miguel Baena Martín. / diario de almería

Manuel Miguel Baena Martín, padre de un menor de 13 años que cursa estudios de segundo de la ESO en el IES Turaniana de Roquetas de Mar, interpuso ayer una denuncia ante la Guardia Civil en la que asegura que su hijo está sufriendo repetidos episodios de acoso escolar y violencia en este centro educativo público por parte de otros cuatro alumnos, desde que comenzara el presente curso en el mes de septiembre pasado.

Según su relato, el joven habría sufrido hasta cinco agresiones que le generaron distintas lesiones en la boca, una costilla, los brazos (en dos ocasiones) y un tobillo, de los que cuenta con partes médicos que, según indica, trasladó en cada ocasión a la delegación de Educación en Almería. También dispone de un informe de una psicóloga que alertaría de que su hijo está sufriendo acoso escolar, pero dice sentirse "engañado" y "maltratado" tanto por el centro como por la delegación, ya que confió en que "como me dijeron, tomarían cartas en el asunto, evaluarían si había o no acoso escolar y lo solucionarían, pero no ha sido así, porque cada vez que abrían un expediente lo cerraban determinando que no había acoso".

El denunciante explica que comunicó la situación al instituto tras cada episodio, tanto al tutor de su hijo como en dos conversaciones con la directora. Según su relato, "desde el primer día en que agredieron a mi hijo estoy pidiendo que me lo cambien de centro, porque el niño se niega a ir a clase y lo está pasando muy mal. Es un niño que tuvo muy buenas notas el curso pasado, pero este curso se lo han echado por alto". De hecho, desde el 15 de marzo solo ha ido a clase "algún día puntual que yo puedo ir a llevarlo y recogerlo, o a los exámenes". Su rendimiento académico, indica, se ha visto seriamente mermado. "Tengo claro que al niño no lo quieren cambiar de centro, porque la única solución que me dan es un centro en una zona conflictiva, y yo obviamente me he negado. Ha perdido este curso y perderá también el próximo", vaticina. Añade que "cuando se enteraron de que iba a denunciar me llamaron para solucionarlo, pero lo único que hizo un inspector con el que me reuní fue ofrecerme un centro al que me niego a llevarlo, sin ni siquiera darme la certeza, y llamarme mentiroso".

El padre sostiene que confió en que, según le dijeron, "se solucionaría el problema", y es por ello por lo que no denunció antes ante la Guardia Civil, incluso aunque, relata, "los acosadores de mi hijo me escupieron a mí mismo y me intentaron agredir en presencia de mi hijo, al que vi cómo correteaban". Pese a todo, reconoce no tener miedo y solo pensar en "luchar porque mi hijo vuelva a ser el que era".

En su denuncia explica que la primera agresión que le relató su hijo consistió en que "lo tiraron al suelo a empujones y le pegaron una patada en la boca". Tras este episodio, sufrió "otro empujón contra una barandilla, que le ocasionó daños en una costilla", afirma. Después vendrían lesiones en dos ocasiones en los brazos y un último episodio en el que "le hicieron la zancadilla con tal agresividad que le generaron un esguince de tobillo por el que estuvo dos semanas con el pie en alto", subraya. Tras dar el paso de denunciar y hacerlo público, el padre espera que "la fiscalía de menores intervenga y podamos tener una solución".

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