Tribuna

Compromiso por el control del asma

El pasado 1 de mayo se celebró el Día Mundial de Asma, que en Neumosur recordamos para pedir el compromiso de profesionales sanitarios, pacientes, familiares y autoridades en el mejor control de esta patología, control necesario sobre todo por razones sanitarias… pero también económicas. El Asma bronquial es, de hecho, el tipo de enfermedad crónica que podría servirnos como paradigma para un debate sosegado sobre la discutida sostenibilidad del sistema público de salud. Se trata de una patología con una importante carga asistencial asociada y cuyos costes para el sistema se sitúan en la actualidad en más de 1.400 millones anuales.

Los profesionales sanitarios debemos ser los primeros en reconocer que el ahorro es posible, sobre todo cuando se constata que aproximadamente el 70% de los costes asociados a esta patología preceden de un deficiente control de la enfermedad.

En nuestro país, el control del asma ha mejorado notablemente, sobre todo por la extensión en el uso de esteroides inhalados. Los médicos disponen de los medios suficientes, en forma de medicación, para lograr el control de la enfermedad por parte de los pacientes. Sin embargo, por el incumplimiento del tratamiento, por el mal manejo de los inhaladores, por miedos infundados a los corticoides inhalados, o por exceso de confianza del paciente, resulta en ocasiones que el control no es el perfecto. A esto hay que unir que más de la mitad de los casos de asma siguen sin ser diagnosticados y que hasta una cuarta parte de pacientes que presentan síntomas no siguen ningún tratamiento. Mejorar el control de esta enfermedad parece por tanto tan posible como necesario desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema público de salud, y también desde el estrictamente sanitario, pues al mal control de la patología se asocia también una mayor morbimortalidad y   peor calidad de vida.

Indudablemente, hace falta mejorar la coordinación entre los diferentes profesionales, y  un esfuerzo de todos para mejorar la relación con los pacientes mediante la empatía; es necesario asimismo que pacientes y familiares, puedan identificar y reducir aquellos factores que empeoran el asma tanto dentro y fuera de casa (humo de tabaco, biomasa, sprays domésticos). Quizás esta última parte suene a discurso bienintencionado, pero un poco alejado de las posibilidades reales. Sin embargo, no es así: un estudio publicado en New England Journal of Medicine, revelaba recientemente que la prohibición de fumar en bares y restaurantes ha disminuido la tasa de hospitalizaciones por asma infantil a un ritmo del 18% anual.

Más que simples recortes, lo que se requieren, por tanto, son sobre todo estrategias transversales y un compromiso conjunto inequívoco por la eficiencia del sistema público de salud.

Entrenas y Pereira son coordinadores del Grupo de Asma de Neumosur.

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