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Ejercicio y dieta sana reducen un 30% el riesgo de patología renal crónica

  • Un nuevo estudio demuestra la creciente relación entre la obesidad y las posibilidades de sufrir enfermedades graves del riñón

María Dolores del Pino.

María Dolores del Pino. / archivo

Con motivo de la próxima celebración del Día Mundial contra la Obesidad, la Sociedad Española de Nefrología (SEN), que engloba a más de 2.000 nefrólogos de toda España, ha advertido hoy que las enfermedades renales, incluyendo la Enfermedad Renal Crónica (ERC), los cálculos renales y los cánceres renales, se encuentran entre los efectos más relevantes y nocivos del exceso de peso. La cara positiva de esta realidad es la posibilidad efectiva de prevención y sus resultados ciertos: el ejercicio físico y una dieta sana reducen el riesgo de incidencia de Enfermedad Renal Crónica en personas obesas. En los pacientes diabéticos, esta reducción del riesgo de incidencia es de hasta un 30%.

Así lo muestra un estudio publicado en la revista Nefrología de la SEN, el cual recoge las evidencias científicas e investigaciones más notables sobre la correlación entre la obesidad y las patologías renales. Según los datos de estudio, las personas con obesidad tienen un 83% más de posibilidades de sufrir Enfermedad Renal Crónica que una persona sana. Se estima, de hecho, que el 13,8% de la ERC en hombres y el 24,9% de la ERC en mujeres de países industrializados pueden estar asociadas con el sobrepeso o la obesidad y que la incidencia de enfermedades renales asociadas a la obesidad se ha incrementado 10 veces en los últimos años.

Asimismo, la obesidad aumenta la proteinuria o aparición de la misma. Una de las conclusiones más importantes de las distintas investigaciones recogidas en este estudio es que el impacto de la obesidad sobre la ERC es tanto indirecto (a través de otros factores de riesgo asociados) como directo. La obesidad genera daño renal de forma indirecta al desencadenar la aparición de diabetes e hipertensión. Pero lo hace también de forma directa asociado a la producción de determinadas hormonas y al desarrollo de inflamación, estrés oxidativo, metabolismo lipídico anormal y mayor resistencia a la insulina. También se asocia con la alta incidencia y prevalencia de cálculos renales o nefrolitiasis.

"Las estrategias para controlar la epidemia de ERC relacionada con la obesidad y contrarrestar la evolución a insuficiencia renal en pacientes obesos representa una de las tareas más importantes para los sistemas de salud, así como los nefrólogos de hoy en día", explica la presidenta de la SEN, María Dolores del Pino. "La obesidad es un problema de salud pública que, desafortunadamente, agrava otro gran problema como es la enfermedad renal crónica, que ya afecta a siete millones de personas en nuestro país", añade

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