Sanidad accesible

La tecnología móvil abre nuevas vías en la relación con los servicios de salud

Una de las características que más aprecian los ciudadanos cuando necesitan recibir un servicio es el hecho de que sus necesidades se puedan ver resueltas mediante procedimientos que hagan accesible dicho servicio.

En los servicios públicos y en especial, en los servicios públicos sanitarios, la accesibilidad es una variable fundamental para el éxito. No solamente la accesibilidad en relación con la cercanía geográfica de las instalaciones, ni solamente la accesibilidad en relación a que no haya barreras legales o filtros innecesarios, sino también que sea fácil el contacto y la consulta con los profesionales y los dispositivos sanitarios para resolver dudas y consultas en un momento determinado.

En estos últimos años ha cambiado la manera de relacionarse en el ámbito de la vida cotidiana de amplias capas sociales con el uso de tecnologías asociadas a telefonía móvil inteligente de última generación y con las aplicaciones que se engloban en la denominación genérica de redes sociales.

Esta es una dinámica que cada vez va a más y tanto en la actualidad como en el futuro, el modo de comunicarse mediante el uso de estas tecnologías hace que las posibilidades de contacto entre las personas y las organizaciones sean cada vez más amplías, más diversas y más novedosas. En mi opinión, la incorporación de estas formas de comunicación y contacto entre ciudadanos, pacientes y usuarios en los procedimientos de relación y acceso a los servicios sanitarios es un desafío con un enorme potencial.

Incorporar como forma de relación entre pacientes y servicios de salud un Washapp o una videoconferencia es un ejemplo de lo que digo. Es evidente que esta hipótesis genera nuevas posibilidades con sus potenciales efectos positivos pero, a su vez, con potenciales efectos menos positivos desde el punto de vista de los profesionales o de la organización. Pero a pesar de ello, merece la pena explorar la incorporación de mecanismos de relación que son habituales entre las personas en su vida privada, a la relación entre ciudadanos y pacientes con el sistema sanitario.

La accesibilidad es una variable de éxito para una sanidad pública en cualquier país; en la medida que las nuevas tecnologías de la comunicación favorezcan la relación de los ciudadanos y pacientes con el sistema y sus profesionales y hagan factible una mejor calidad del servicio, merece la pena un esfuerzo para normalizar el uso de estos métodos en el trabajo cotidiano de las organizaciones sanitarias.

Es cierto que los riesgos potenciales derivados de un uso inadecuado de estas nuevas formas de relación deben ser detectados y analizados para neutralizar los efectos no deseables. Pero pienso que en esta materia estamos ante un cambio en el modo de relación que ha venido para quedarse y que abre nuevas opciones y oportunidades para mejorar la accesibilidad a los servicios y a los profesionales evitando visitas presenciales para cuestiones que de pueden resolver con más facilidad por estas vías.

Algunas iniciativas de este tipo llevadas a cabo en el ámbito de la sanidad pública y también en la privada, pueden ser analizadas como experiencias interesantes que, con sus luces y sus sombras, abren una vía práctica para el avance hacia una sanidad accesible. Son cosas propias de los nuevos tiempos que vivimos. Aprovechemos oportunidades.

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