Salud y Bienestar

El 27% de las UCI neonatales españolas cuentan con expertos en calmar el dolor

  • El proyecto Hera reúne a 40 hospitales para extender la práctica de cuidados individualizados centrados en el contacto piel con piel y el descanso del neonato

La baja implementación de cuidados centrados en el desarrollo (CCD) de los bebés nacidos pretérmino coloca a España a la cola de Europa, junto a Francia e Italia. Uno de los principales obstáculos para la puesta en marcha de estas prácticas es la ausencia de personal cualificado en el manejo efectivo del dolor. Sólo el 27% de las Unidades de Cuidados Intensivos para Neonatos (UCIN) del país cuenta con un miembro capaz de realizar esa función. Frente a dicho índice está el 100% que registran los hospitales suecos. Así lo refleja el estudio Aplicación de Cuidados del Desarrollo en las unidades de neonatología europeas, que dirigió la doctora italiana Marina Cuttini, en el que se compara la aplicación de estas atenciones en clínicas de Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Italia, los Países Bajos, Reino Unido y Suecia.

"Las diferencias culturales e históricas han hecho que las personas procedentes de áreas septentrionales sean más autónomas mientras que las que provenimos de regiones meridionales estamos más acostumbradas a un trato paternalista entre profesional y paciente", aclara la doctora Cuttini. Esto explica que los resultados muestren una actitud más proclive en países nórdicos donde la práctica de CCD está mucho más extendida.

El cuidado más aplaudido por el personal médico especializado es el método madre canguro, además de la baja iluminación y la ausencia de ruidos que puedan estresar al bebé. Esta práctica consiste en mantener el contacto piel con piel entre los padres y su hijo para favorecer el conocimiento mutuo, reforzar el vínculo existente entre ellos y crear un clima adecuado para el sueño pues es en ese momento cuando se produce la maduración cerebral de los neonatos.

La enfermera estadounidense Susan Lundington es una de las precursoras y férreas defensoras de este método porque "cuando los bebés reciben dichos cuidados son capaces de realizar un ciclo completo de sueño y no se despiertan si se les entuba o se les pincha", asegura. Otra ventaja es que "disminuye su frecuencia cardíaca y se estabiliza el índice respiratorio en mayor medida que en los neonatos con los que se utiliza la incubadora a causa del frío que sienten". La temperatura corporal adecuada para los prematuros se alcanza cuando permanecen en el regazo materno y, en el caso de que ésta sea superior a la recomendable, "la respuesta fisiológica espontánea de la mamá -prosigue Lundington- es hacer descender 1 o 2 grados por minuto su temperatura hasta lograr la apropiada para su hijo".

Pero los beneficios de practicar madre canguro van más allá ya que "reduce la respuesta al dolor en un grado mayor que la administración de glucosa y favorece el aumento de peso, de estatura y el crecimiento de la circunferencia de la cabeza".

Estos factores positivos demostrados en estudios estadounidenses llevan a Lundington a afirmar que "el cuidado que das a los neonatos puede cambiar su cerebro" y a recomendar que, "una vez han pasado a los bebés al cuidado canguro, permanezcan allí porque conseguiremos unos resultados y una respiración mejor".

En España, nacen anualmente entre 30.000 y 40.000 niños pretérmino pero sólo el 41% de sus madres optan por colocarlos en posición canguro. Esto es debido a la creencia que apunta a que lo mejor para el bebé es separarlo de sus padres y colocarlo en una incubadora. Sin embargo, el surgimiento del Proyecto Hera, en el que participan 40 hospitales españoles, refleja un cambio de actitud de los profesionales que están dispuestos a centrar toda su atención en el niño y sus necesidades aunque la aplicación de los CCD comporte una alteración significativa en su rutina laboral.

La participación de los padres es vital para alcanzar este objetivo y existen asociaciones que los ayudan a afrontar la delicada situación en la que se hallan. Es el caso de Prematura, pionera en España en esta materia. Su presidenta, Mónica Virches, fue madre de trillizos que nacieron con tan sólo 29 semanas de gestación hace nueve años en el Hospital Saint Mary's de Londres. Allí recibió "una gran atención medica y apoyo emocional por parte de los profesionales". Hoy es ella quien, junto a un grupo de padres de prematuros, realiza esta labor desde el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona donde "recibimos llamadas y correo electrónicos de todas las comunidades". Una de las mayores preocupaciones de Prematura, en la que ya han alcanzado algunos logros, "es ampliar de nuevo la baja maternal para que la madre disfrute de su bebé cuando le den el alta".

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