Diario de Pasión

El Cautivo de Jerez que se quedó en Bellavista

  • Fue cedido por Fernando Cano-Romero, que lo encargó para una cofradía jerezana, pero Cirarda no la autorizó La idea inicial era reproducir el misterio de San Gonzalo

La imagen del Señor de la Salud y Remedios, titular de la Hermandad de Bellavista, tenía otro destino en su origen. Fue tallada por Antonio Castillo Lastrucci, tras un encargo recibido en 1964, para una cofradía de Jerez de la Frontera, que no llegó a fundarse.

Fernando Cano-Romero, pregonero de la Semana Santa de Sevilla de 2011, es el propietario de la imagen del Señor, conocido popularmente como el Cautivo de Bellavista, pero lo tiene cedido a la hermandad para que sea su Titular. Si algún día la hermandad dejara de existir, no pasaría a ser propiedad de la Iglesia, sino de la Familia Cano-Romero.

"Detrás de la imagen hay una larga historia, que arranca a finales de 1963, en la parroquia de San Rafael, de la barriada jerezana conocida como El Chicle, una zona muy modesta, llamada así porque en invierno sus calles se llenaban de fango con las lluvias", recuerda Cano-Romero. Allí el párroco, Manuel Abad Fajardo, tuvo la idea de crear una cofradía. Se puso en contacto con Fernando Cano-Romero, que entonces era un joven cofrade nacido en Jerez y residente en Sevilla. Tras hablar con el entonces hermano mayor de San Gonzalo, José Contreras Yáñez, propuso al párroco jerezano crear una cofradía de características semejantes, con el misterio del Soberano Poder ante Caifás y la Virgen de la Salud, advocaciones que no existían en Jerez. Federico Ávila Cores le redactó una copia de las reglas.

Fue así como Cano-Romero recibió el encargo de contactar con Antonio Castillo Lastrucci para que tallara una imagen del Señor, que sería una réplica del que realizó para la cofradía de San Gonzalo, posteriormente sustituido. Pero, una vez firmado el contrato, el obispo auxiliar de Jerez, José María Cirarda, contestó negativamente a la petición del párroco de San Rafael para crear la cofradía, aduciendo que la feligresía era distante y de "condiciones especiales", además del "número excesivo" de cofradías que existían ya en Jerez. Según Cano-Romero, en esta decisión negativa, que frustró las intenciones de los cofrades jerezanos, pudo influir la oposición que mostró el pro vicario de Jerez, Juan Ordóñez Márquez.

En mayo de 1968, unos meses después de la muerte de Castillo Lastrucci, su hijo Adolfo llamó a Cano-Romero para decirle que iban a desmontar el taller del imaginero, donde apenas quedaban ya tres sillas y el Cautivo. Cano-Romero había abonado el pago, y era el legítimo propietario. Desde la calle San Vicente, el Cautivo fue trasladado al piso de Cano-Romero, en la calle Arjona. Lo guardaron en una habitación, pero sin recibir culto. Ahí permaneció durante un año, hasta que Cano-Romero tuvo necesidad de ocupar la habitación por motivos familiares. Habló con José Mena Martagón, inolvidable prioste de la Macarena, que era gerente de Transportes Bosch, y le pidió que el Señor pudiera ser guardado en las instalaciones que tenía esta empresa en el Polígono Navisa, donde permaneció más de un año, desde mayo de 1969. Estuvo dignamente vestido, protegido con una manta y dentro de un armazón de madera que le construyó el carpintero Álvaro González.

A partir de ahí, el camino del Cautivo que no fue a Jerez se encauzará hacia Bellavista. El sacerdote José Antonio Pérez Domínguez de la Rasilla se incorporó a la parroquia del Dulce Nombre de María, creada en 1968. El 8 de agosto de 1969 se bendice en San Lorenzo la Virgen del Dulce Nombre en sus Dolores y Compasión tallada por Luis Álvarez Duarte, con destino a la parroquia de Bellavista, que fue amadrinada por la cofradía de La Bofetá.

Precisamente el párroco habló en 1970 con Álvarez Duarte para sondear la posibilidad de que le hicieran un Cautivo. Pero el imaginero, que tenía gran amistad con Mena Martagón, le dijo: "Padre, si usted quiere un Cautivo mañana mismo, vaya a la Macarena, y hable con el prioste".

El párroco creía que le presentarían a otro escultor. Sin embargo, Mena Martagón habló con Cano-Romero, y así el Cautivo que permanecía resguardado en el almacén de Bosch fue cedido a la futura hermandad de Bellavista.

El 9 de octubre de 1970, festividad de San Dionisio, patrón de Jerez, fue bendecida la imagen en la parroquia de Bellavista. Actuaron como padrinos Fernando Cano-Romero y su esposa, María Milagrosa Moreno Silva. Además de la imagen, donó unas potencias realizadas en 1964 por Villarreal, dos túnicas y dos camisas, con sus cíngulos de oro. Desde ese día, el Cautivo que nunca pudo ser de Jerez es el Señor de Bellavista.

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