Bajo Palio

La ansiada espera

  • lComo si de una pieza musical se tratara, nos encontramos en los últimos compases de nuestra Semana Mayor lVivimos cada momento como único

La ansiada espera

La ansiada espera

Como si de una pieza musical se tratara, nos encontramos ante los últimos compases de nuestra Semana Mayor que seguramente estaremos viviendo con una mezcla de sensaciones propias de este momento ya que esperamos un final que presuponemos apoteósico pero en el que todavía tenemos el gustillo de cuando empezamos a escuchar las primeras notas, con la incertidumbre de no saber cómo iba a ir todo.

Una vez más, en este Viernes Santo, nos encontramos ante un momento de espera. Nos pasamos un año esperando a que llegue la Semana Santa, trabajando y cultivando esa ilusión para que todo salga bien en estos días o cuando me toque realizar mi estación de penitencia. Esperamos que el tiempo acompañe y que no haya ningún contratiempo. Esperamos obtener sensaciones únicas que nos sirvan para renovar nuestra fe y nos den energías para afrontar un nuevo año. Esperamos con ganas que Jesús resucite porque es el motivo por lo que hacemos todo esto, en lo que basamos toda nuestra creencia y devoción y por lo que nos esforzamos día a día por dar testimonio. Esperamos una y otra vez… esperamos.

La espera siempre es buena porque conlleva un trabajo importante tras de sí, realizar una serie de cosas previas por no mencionar que también trabajamos la paciencia que es una gran virtud. Pero lo que tampoco se nos puede olvidar es que hasta que llegue ese momento, tenemos que encargarnos de vivir y de aprovechar cada segundo con gran intensidad y aprovecharlo, pues muchas veces cuando tenemos una meta es más importante el camino realizado para conseguirla que la propia meta en sí, ya que es con lo que aprendemos y lo que nos ayuda a crecer como personas.

Porque esperamos a sacar nuestro paso en nuestra hermandad pero antes de esto aprendemos que no sale 'por arte de magia' sino que conlleva una limpieza, una preparación, un planteamiento, una convivencia, etcétera. Porque para que los costaleros puedan ser uno solo, previamente hay que ensayar y aprender una serie de técnicas para que todo vaya bien y no haya percances. Porque esperamos uno y otro año a que resucite Jesucristo pero antes, es necesario prepararse para que lo haga realmente y especialmente en Cuaresma y en estos días sin olvidar que después de Semana Santa también tenemos que seguir cuidando esta parte de nosotros.

La persona crece paso a paso y no de golpe, se va formando según la etapa de la vida que le toca vivir donde aprende una serie actitudes, herramientas y comportamientos que son necesarios para su desarrollo. En este caso, en el de nuestra Semana Santa, sabemos y esperamos un final feliz pero que no significaría nada sin el proceso previo, sin el camino que hay que recorrer antes para saber valorar todo. Hoy Viernes Santo y mañana Sábado Santo lo podemos comprobar. Podemos ver como después de la Caridad, Soledad, Entierro y luto posterior va a llegar algo grande, algo que solo podemos comprender si lo vivimos en primera persona y cumpliendo una serie de pasos. Aprovechemos esa espera, vivámosla valga la redundancia, viviendo cada momento como si fuese único y especial.

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