Bajo Palio

los niños de la salle consuelan a la dolorosa

  • Los alumnos de Educación Infantil elaboraron su propia cofradía con la que desfilaron por La Rambla seguidos por sus padres

A las nueve y media de la mañana abría el portón de La Salle. En esta ocasión no era para recibir a los pequeños, sino para dejarlos salir acompañando a su Virgen, una Dolorosa con lágrimas de cristal. La imagen, elaborada por las madres en un taller, reflejaba la inocencia de sus pequeños portadores. El manto, en cartulina negra, dibujaba imposibles filigranas.

La seño Yolanda Carrillo, profesora de EI, coge de la mano a uno de los que encabeza la salida. Va vestido de penitente y a su lado, otro niño enchaquetado porta el estandarte que abre la comitiva. "¡No te escondas detrás!". Un familiar le invita a que descubra su rostro. Mejor más cerca. La cámara del iPhone no da para más. Las nuevas tecnologías van abriéndose paso en las celebraciones populares. Teléfonos móviles, Tablet, o los diseños más avanzados para captar un momento que quedará para siempre grabado en la memoria de los participantes y de los acompañantes. Tras la salida, una chica que camina justo detrás de la Virgen pulsa el botón del Play. Arrancan las bandas de cornetas y tambores que viven en el cd.

Al paso, como los mayores, los costaleros caminan con la cadencia marcada. Un, dos, un, dos... como llevan tiempo ensayando.

Yolanda Carrillo no quiere despistarse mucho, vaya a ser que se rompa la hilera. Guardan una cierta distancia con los padres, que les miran, les piropean y llaman ¡guapa! a la Señora de las lágrimas de cristal. Paran un momento. La voz de plata de Ana Mar suena tranquila, como susurrando, despacio. Poco a poco va ganando intensidad. Una niña que viste de mantilla se aferra a la mano de su abuela. La mira, ojos claros y pelo rubio, y dice "yo quiero cantar a la Virgen igual que ella". Una vez más, los miembros de la peña El Morato prestan su voz a los lasalianos. "Cada año lo hacemos, pero vamos cambiando de imagen, en 2011 fue La Borriquita, esta vez hemos optado por una Virgen", explica la seño. "Al ser un centro religioso, lo hacemos para que ellos experimenten qué es la Semana Santa". La intensa preparación, de un mes de duración, ha servido para que los participantes aprendan cómo caminar, despacio, con tranquilidad. Algunos vestidos de hebreo, otros de penitente y los del final, la Banda de Música. Con instrumentos de juguete interpretan a su modo, la marcha con la que bailar a la Virgen. "Todos los años explicamos la misión que cada uno tiene, no nos cuesta mucho, porque están muy implicados con el tema", dice Carrillo que, en todo momento, vela porque el orden sea máximo.

Ana Mar, por su parte, explicó que las saetas fueron por carceleras o por seguirillas. Los asistentes al evento aplaudieron cada uno de los cantes interpretados despidiéndose de la imagen hasta el año que viene, momento en que volverán a salir a la calle, a pasear y a dar la vuelta a las fuentes. Mucha emoción para despedir un intenso Viernes de Dolores en la capital, con los protagonistas más pequeños.

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