ENRique marín. presidente de la semana santa almería 2014

"Este es vuestro pregón, lo hice con el corazón, ahí queó"

  • El actual diputado de Caridad de Prendimiento deleitó y emocionó a todos los asistentes con una magnífica prosa y sentimiento único

Enrique Marín fue vicepresidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad, Hermano Mayor de Prendimiento y Mayordomo de la Virgen del Mar

-¿De dónde le viene la devoción por la Semana Santa de Almería?

-Empezó en la Plaza de Bendicho con mis hermanos, también en la calle Solís haciendo procesiones con estampillas. Íbamos a la Catedral y cogíamos alguna vela que otra, etc…En esa época tenía yo 8 o 9 añillos como máximo. Me acuerdo que íbamos a ver cómo montaban los pasos la Hermandad de Estudiantes.

-¿Qué vivencias recuerda de esa época?

-Como dije en el Pregón, mi abuelo y mi padre nos ponían en una mesa a todos mis hermanos y a mí en la calle Real, junto al Bar Lupión, y desde ahí veíamos siempre el cortejo del Santo Entierro y la Hermandad de la Soledad, que es la que más me gustaba y a la que le tengo un cariño especial. Allí subíamos todos, mis hermanos mis primos, etc.. También recuerdo de esta época que fui monaguillo de la Virgen del Mar en Santo Domingo y de los Seises. Mi abuela me inculcó mucho el tema de la religiosidad. Le tenía mucha devoción a la Escucha y esos valores me los inculcaron desde chico.

-¿Cuándo llegó a Prendimiento?

-Había un grupo de gente joven en la Catedral en el que surgió el tema de formar una hermandad. Era un grupo parroquial, entre los que estaba Juan Antonio que fue quien tomó la iniciativa de hablar con la Iglesia de San Sebastián y recuperar los enseres de la Cofradía de Excautivos. Nosotros salimos por primera vez en el 76 y comenzamos a mover los hilos para hacer la renovación. Hablamos con hijos de los fundadores, que nos ayudaron pero por poco tiempo. Nos reunimos con Arnoldo Rodríguez, que fue Hermano Mayor de esta hermandad, y nos facilitó muchas cosas. También tuvimos una reunión con Doña Ressi Lussnig, que fue la persona que más nos ayudó en esta época. Doña Carmen Góngora también nos ayudó mucho. Siempre que le pedíamos algo allí estaba. El manto de la Merced que se quemó, por ejemplo, fue guardado en las Adoratrices y fue realizado en sus talleres.

-¿Cómo recuerdas la primera salida procesional tras la reorganización?

-Aquello era mucha ilusión. La ilusión de la juventud porque había unas inquietudes algo pasmosas. Nosotros éramos gente muy joven, que no veníamos de ninguna cofradía y nadie nos enseñó nada. Ninguno de los que estábamos habíamos formado Junta de Gobierno en ningún sitio. Aprendimos de la nada y se aprendió por el entusiasmo e ilusión que había, podemos llevarnos el halago de eso. El Cautivo estaba en la Iglesia de San Sebastián. Llegamos a un acuerdo con Don Francisco Moya, párroco de San Sebastián, y nos lo dejaba traer para el desfile. Luego la Merced la tenía Doña Ressi en su casa, la cual la cedió con mucho gusto para esta salida y fundar una hermandad.

-¿Cómo fueron esos primeros años, especialmente en el tema económico?

-No mirábamos el tema económico. Como había tantas ganas de trabajar e ilusión y cada año nos íbamos superando en hacer cosas, éramos un motor incansable. Han sido años y años sin parar. Lo que ha mantenido y mantiene esta hermandad pienso que es la ilusión y el esfuerzo de todos, que hace que todo se supere.

-¿Y tu vinculación con la Virgen del Mar, Partrona de Almería?

-Desde niño. Yo fui monaguillo de allí. También tuve la suerte de ser mayordomo de la Virgen del Mar, siendo Hermano Mayor Francisco Gómez. La Patrona y la Merced van unidas siempre a mí. Dejé el mandato en la Virgen del Mar cuando entré de Hermano Mayor en Prendimiento. Sigo siendo hermano de la virgen y sigo siempre a su entera disposición.

-¿Por qué esa devoción al Beato Diego Ventaja?

-Eso es algo, no me importa decir la palabra, milagrosa. Para mí Don Diego Ventaja ha sido una persona que, sin haberla conocido físicamente, es como si la hubiese conocido. He leído tanto en profundidad, he oído de gente hablar tanto de él y he tenido luego unas vivencias que son emocionantes. También tuve la suerte de estar en la Comisión de Beatificación y pude ir a Roma. Fue beatificado el 10 de octubre de 1993. En la mesita de noche tengo a la Merced y a Don Diego. Para mí es un santo de primera clase.

-¿Cómo fue su participación en la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería?

-Además de como Hermano Mayor, también fui vicepresidente de la misma con Pepe Luis Cantón como Presidente de la Agrupación (1987-1990). Luego seguí como vocal de la misma, durante los años que fui Hermano Mayor de Prendimiento.

-¿Con qué se queda de esta etapa reciente en Prendimiento como Hermano Mayor?

-De mi última etapa, me gustaría destacar el recuperar esta casa. Una joya de la ciudad de Almería porque esta casa es de finales del Siglo XVII. Tuvimos el reto de poderla arreglar y, como yo digo, nosotros pasaremos pero la casa ahí seguirá siempre. Es algo muy importante de estos últimos años. A excepción de recuperar todo el patrimonio entero tras el incendio, para mí la casa ha sido el reto más ilusionante de mi mandato.

Si estuviese en sus manos, ¿Qué mejoraría de la Semana Santa actual?

-DTenemos grande imaginería, grandes bordados, grandes pasos…Lo único que mejoraría es el tema de formación. Tener una buena base de formación religiosa. Y también que muchos sacerdotes se mojen con las cofradías y que atiendan a los cofrades, porque pienso que es un potencial bastante importante y se puede sacar mucho bueno de muchas.

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