Oporto-sevilla · frente a frente

Dos balas hacia el mismo sueño

  • Jackson Martínez desafió a la zaga sevillista topándose siempre con la ausencia de espacios como principal inconveniente Bacca retó a Mangala a la revancha en el Pizjuán.

Oporto y Sevilla midieron sus fuerzas sustentados por dos delanteros que quieren un sitio en el Mundial y que podrían compartirlo. Jackson Martínez y Bacca enfrentaron sus bazas y el primero sonrió antes de una escena final que se perderá.

Si hubo este jueves un espectador de lujo disfrutando del choque de cuartos de final entre Oporto y Sevilla, fue José Pekerman. El seleccionador de Colombia tuvo una inmejorable oportunidad para ir fabricando un plan B para su selección tras la lesión de Falcao de cara al Mundial de Brasil 2014. Jackson Martínez y Bacca midieron sus bazas para ser piezas de privilegio en la cita mundialista del próximo verano. Ambos llegaban a la cita tras enseñar sus armas en una campaña que apunta a consagrar al primero y a lanzar al segundo.

Los planteamientos tácticos de los técnicos beneficiaron al delantero del Oporto, más participativo y con mayores opciones de ser determinante en un choque que su equipo decidió controlar a su antojo. Bacca, mientras, peleó contra el mundo y contra demasiados metros por delante.

Tardó escasos minutos Jackson Martínez en enseñar una de sus virtudes. Lejos de la portería de Beto, se atrevió a lanzar una pared con Varela para probar un disparo lejano que el luso detuvo sin problemas. Su mirada lo decía todo: sólo fue su primer intento.

Bacca debía medir sus esfuerzos. Con muchos metros por recorrer, miró de reojo a Rakitic en cada intento de su equipo por salir al contragolpe, quedando sin claras oportunidades de ser profundo y poder retar a Fabiano.

Pero tras un primer tiempo demasiado desequilibrado, Bacca adelantó su presión hacia el área rival al tiempo que su equipo le ayudaba con relevos sucesivos.

El Oporto tenía su visión puesta en su historia. Los dos delanteros intercambiaron papeles y fue Jackson Martínez el que se encontró demasiado solo en algunos compases del segundo tiempo. Miró a Quaresma mientras éste desafiaba a Quintero al eterno dilema de quién es capaz de ser más individualista. Eso sí, los espacios dejados por el Sevilla permitieron que un pase de lujo de Quaresma con el exterior llegara a Martínez para que éste estirara su pierna y rozara la proeza. Demasiado difícil.

Cinco minutos más tarde, Bacca tuvo su opción particular. El delantero sevillista fabricó una ocasión y lanzó un fuerte misil desde fuera del área que pudo frenar Fabiano al ir centrado. Gameiro, que ya estaba presente en el escenario, demostró por qué su fiabilidad sigue sin ganar enteros.

Rakitic buscaba a Bacca. Quintero a Jackson Martínez. Pero ambos se quedaron esperando. Mangala ejercía de muro para el sevillista al tiempo que el colombiano del Oporto ya no tenía fuerzas para más saltos forzados.

Pekerman seguirá dibujando bocetos provisionales. Colombia busca el recambio de Falcao consciente de que que Jackson y Bacca otorgan argumentos diferenciados. El sevillista tendrá en seis días una nueva oportunidad para pedir un sitio en ese combinado. El del Oporto, mientras, será un simple observador que cruzará los dedos para poder ver su nombre en semifinales.

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