El derbi sevillano

El cruce inoportuno

  • Cáliz para unos y en pleno festejo para otros, la cita en Domingo de Ramos llega como una de las más atípicas

Tampoco es que sea un derbi no deseado, porque un choque así siempre tiene salsa, pero también es verdad que si no tuviera que jugarse no pasaba nada. Los sevillistas andan todavía festejando su entrada en las semifinales de la Europa League tras eliminar brillantemente a un campeón continental como el Oporto, y los béticos, precisamente ahora, no quieren ni en pintura un nuevo enfrentamiento con su máximo rival, que fue quien lo apeó de esta competición cuando tenía al alcance de la mano salir victorioso de ese duelo histórico tras tomar una clara ventaja en la ida en campo ajeno.

La semana ha estado marcada por el duelo europeo de los sevillistas, que además tenía connotaciones en el eterno rival por esa eliminatoria de octavos, así que el derbi número 120 llega casi solapado. En el bando verdiblanco había esperanzas de llegar a esta cita con vida en su lucha por la permanencia, pero la hecatombe ante el Málaga deja a la parroquia heliopolitana con ganas de muy pocas cosas. Sólo la buena imagen que el equipo de Calderón ofreció ante el Barça en el Camp Nou pese a perder anima a pensar en una respuesta positiva en un partido que, siempre, siempre, haya algo en juego o no, hay que ganar a muerte.

domingo de ramos

En circunstancias normales, disputar un derbi en el domingo más grande que vive esta ciudad en todo el año debía ser una fiesta. Eso se pensaba cuando el calendario vio la luz. Luego, la competición ha dejado sus huellas por el camino. Está claro que en el Betis más que en el Sevilla. Quizá por eso mismo los locales tienen la oportunidad de interponerse entre su eterno rival y el próximo objetivo de éste en la Liga. En el ambiente flotará un recordado derbi, el de 1986, cuando un solitario gol del bético Romo decidió un duelo que cayó en el calendario como en esta ocasión, en Domingo de Ramos.

Aunque se dice que los profesionales no entienden de estas cosas, tampoco está demostrado. Lo que sí es seguro es que para las aficiones es algo que cuenta. No es lo mismo empezar una semana festiva con un triunfo sobre el eterno rival que hacerlo con el mal sabor de una derrota, con todas los matices que en cada caso tendría un resultado u otro. Y con cofradías en la calle, los más capillitas no dudan en calificarlo del más inoportuno.

la intensidad y el calor

Los amantes del fútbol en esta ciudad aún tenemos presentes en la retina la exhibición y el despliegue físico que Betis y Sevilla dejaron en el último enfrentamiento, la vuelta del derbi europeo en el Benito Villamarín. Prórroga y penaltis, ciento veintitantos minutos de fútbol intenso, vibrante y emotivo que dejó una noche histórica. Pero era más que un duelo de máxima rivalidad y había que emplearse con todo. Nadie se dejó nada y hasta la última carrera, la última gota de sudor... fue puesta por los protagonistas sobre el césped en la noche del pasado 20 de marzo.

Pero esto es muy distinto. Para empezar, el Sevilla, aunque Emery refrescará su alineación titular, viene de hacer un gran desgaste ante el Oporto sólo tres días atrás. Y, algo muy importante, el horario del partido va a marcar la gestión de los esfuerzos por parte de los dos equipos. Abril ha llegado además con fuerza a Sevilla y las temperaturas han subido en la última semana hasta convertir la llegada de la primavera en un aperitivo del verano. Si el sevillano lleva años mirando al cielo y rezando por un Domingo de Ramos así, paradójicamente para jugar al fútbol no es el elemento más apropiado. Si a las doce, cuando empiece el partido, la temperatura y la humedad a ras de césped serán bastante considerables, cuando avance el segundo tiempo, pasada ya la una de la tarde, el ambiente puede hacerse irrespirable para los jugadores. Ello hará prever que sea un partido con mucho menos ritmo y más pausado, en el que el equipo que tenga más control y maneje bien el aspecto táctico tendrá mucho ganado.

Todo habrá que verlo, porque luego los partidos pueden salir de manera muy distinta a como se plantean, pero es previsible que no sea un derbi con muchos espacios ni de ida y vuelta.

los objetivos

Aunque la percepción que el sevillano tiene de un Betis-Sevilla o un Sevilla-Betis va mucho más allá, objetivamente lo que hay en juego son tres puntos, como en cualquier otro partido. Y esos son los que van a salir a buscar béticos y sevillistas, con la variante del valor doble por lo sentimental que tiene sumarlos y quitárselos al eterno rival en la lucha por sus objetivos. En este caso, para los de Emery los puntos en juego pueden resultar fundamentales para su reactivado objetivo de alcanzar al Athletic, que ocupa con seis puntos de diferencia la cuarta plaza. La Champions es un señuelo suficientemente importante como para que los sevillistas se lo dejen todo en el campo, mucho más que aquello que algunos han querido ver, el deseo de querer darle la puntilla al enemigo.

El Betis, con su futuro en Primera más que comprometido, quiere los puntos para seguir agarrado al sueño de que un milagro evite el descenso y, también, de paso, aguarle a los sevillistas tanto la fiesta por el pase a semifinales de la Europa League como su pelea por la zona más noble de la Liga. Hay, por tanto, motivos para descartar que sea un derbi descafeinado. Ese adjetivo es difícil de encajar en un derbi. Si acaso si, a mitad de la tabla ambos, ninguno se jugara nada clasificatoriamente hablando.

los protagonistas

Mucho se ha hablado en estos duelos sobre cómo viven los protagonistas la rivalidad sevillana. Que si canteranos, que si extranjeros... En el fútbol actual es inevitable que el jugador de fuera le vaya restando protagonismo al de la casa, pero lo cierto es que este mito se encargaron de dejar en entredicho los veintitantos futbolistas no nacidos en Sevilla que disputaron el último duelo europeo en Heliópolis.

En el caso del Sevilla se prevén cambios por el esfuerzo del jueves, pero no por ello dejarán de ser futbolistas importantes los que salten de inicio al campo. Internacionales como Gameiro o Marko Marin, que no fueron titulares ante el Oporto, tienen papeletas para jugar hoy. En el equipo de Calderón, la baja por sanción de Reyes debe darle la titularidad a Nono, un hombre marcado por su error en el penalti decisivo en el último derbi que dio la clasificación al Sevilla. El gaditano tendrá sobre él muchas miradas y seguro que no pasará desapercibido.

el 4-4-2, el sistema

Tras no pocos cambios a lo largo de la temporada, ambos equipos se colocarán y se moverán en el campo bajo un patrón similar de juego, un 4-4-2 con matices y variantes bajo el que tanto Calderón como Emery se sienten cómodos. El Betis, pese a ello, alineará a delanteros adaptados a las bandas (Baptistao o Vadillo), mientras que el Sevilla ha encontrado en punta la posición ideal para Rakitic, partiendo desde ahí hacia atrás. Si no es así, Bacca y Gameiro pueden jugar juntos.

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