sevilla f.c.

"Nunca iré a un Mundial, pero lo que me da Malí vale más"

  • A sus 32 años, está a punto de rematar dos hitos admirables, la centena de goles con el Sevilla y la Ciudad de los Niños en Malí. Son las dos facetas de un 'crack' que nunca se dejó deslumbrar por el oropel.

-Lleva ya cinco años en Sevilla, la mejor etapa de su vida como futbolista... y como persona, ¿no?

-Sin duda. He crecido, he conseguido muchas cosas positivas. En lo personal también, con mi fundación... Son cinco años y han ocurrido muchas cosas.

-¿Su relación con la ciudad y con la gente es distinta a cuando llegó?

-Es mejor, sí. Cada vez ha sido mejor porque cuando llegué me costó un poquito adaptarme, pero poco a poco he ido entendiendo más a la gente y la gente también me ha respetado por cómo soy. La manera de vivir aquí es distinta a lo que yo había conocido. Sevilla es como un pueblo grande y estoy acostumbrado a ciudades grandes un poco más cosmopolitas. Aquí todo el mundo te conoce, todo el mundo habla de ti, en la calle nadie te deja, te tocan... En ciudades como Londres, tú puedes ser una estrella de cinema (sic) y todo el mundo pasa de ti. Después la gente es muy calurosa, te muestra mucho más cariño y eso son ventajas también.

-Una ciudad que para una persona como Kanoute debe ser interesante por la mezcla de culturas que han convivido aquí...

-Históricamente sé que ha habido mucha mezcla, han estado tres religiones aquí y la gente ha vivido sin problemas. Al llegar me gustó mucho el estilo de la ciudad, la arquitectura. Se nota que ha habido una fusión muy rica de culturas. La Giralda, sin ir más lejos, representa lo que ha sido esta ciudad.

-Usted se adaptó rápido, pero comenta que le costó y la verdad es que, salvo Zokora, todos los africanos han sufrido esto.

-Se han adaptado bastante bien. Zokora es aparte porque no sufre nada de eso. Romaric no ha tenido mucho problema tampoco y Kone es un poco más introvertido y le cuesta un poquito más hablar con la gente, pero está bien. Yo sé que ellos se sienten bien porque hablamos mucho entre nosotros. Yo estoy aquí antes que ellos para ayudarles un poco. Cuando llegué no había ningún francofóno.

-Usted destaca por ser un futbolista atípico. No se enfada si no juega y tiene otros valores por encima del materialismo... No es como Cristiano Ronaldo o Beckham.

-Para mí no tiene mérito porque es mi personalidad. No me tengo que esforzar para ser así. Solamente soy como soy, he vivido las cosas que he vivido en mi vida y que me han hecho crecer. Cuando empecé en Lyon tenía cosas que ahora sigo teniendo, pero era una persona muy diferente. Me enfadaba más rápido, tenía muchos problemas con el entrenador, reaccionaba muy rápido, cuando no jugaba me enfadaba... A la gente le cuesta saber que yo he sido así, pero las situaciones te hacen cambiar, he crecido y he visto que hay cosas más importantes que el fútbol en la vida. Eso no quiere decir que cuando estés en el campo no des el máximo, pero sí entiendes que si los éxitos tienen que llegar ha de ser por medio del trabajo. Juegues o no, lo importante es que cuando lo hagas lo aproveches y lo des todo.

-¿Cuándo se dio cuenta de que todo tenía que cambiar?

-No sé. Es la forma de entender muchas cosas. Hay que tener madurez porque ves muchísimas cosas en tu familia o en los viajes que haces. Eso te hace pensar que tienes muchísima suerte y que no te puedes quejar de nada mientras otras personas que no tienen nada no hacen nada.

-¿En qué momento pensó que podía aprovechar su popularidad para ayudar a los más necesitados?

-Desde mi primer año en Inglaterra. Por 2001 empecé a preguntarme qué podía hacer, empecé a concienciarme de las muchas diferencias de educación, salud, etcétera, que había entre Europa y África. Hice viajes a África y se quedó clavado ahí. Me dije, tengo que hacer algo y donde más falta hace es en el país de origen de mi padre. Pensé y lo uní todo en la Ciudad de los Niños.

-Volvamos al punto inicial. Cinco años aquí y su crecimiento como futbolista se puede decir que ha ido parejo al del Sevilla como club.

-Deportivamente es verdad que crecimos juntos. Pero coincidió mi llegada con la de otros jugadores como Drago, Luis Fabiano... Siempre digo que llegué en un buen momento a un buen sitio.

-Es difícil imaginar al Sevilla sin Kanoute...

-Bueno, me quedan dos años y supongo que la gente después se tendrá que acostumbrar, pero yo estoy bien aquí, la gente me quiere también y me respeta.

-En ese tiempo, ¿ha notado que ha subido mucho el listón de la presión desde que llegó?

-Es una realidad que Barça y Real Madrid están un escalón por encima, aunque cuando jugamos con ellos podemos ganarles, pero a lo largo del año es diferente. El Sevilla ha de estar siempre entre los tres primeros, eso sí lo digo. Ganar la Liga es otra cosa. Ahora hay más presión que cuando llegué hace cinco años. Ahora es totalmente diferente, pero es normal y bonito. Es una exigencia con nosotros mismos que asumimos.

-Está a un paso de los 100 goles...

-Está bien. Es una cifra redonda y espero hacerla realidad pronto. La gente me ha avisado cuando estaba a punto de pasar a Davor Suker. Siempre me lo recuerdan por la calle y es de agradecer que estén pendientes de esto porque yo no doy mucha importancia a todo eso, pero siempre está bien dejar huella.

-¿Se ve como el futbolista más influyente de la historia del Sevilla?

-No lo veo así. Que he dejado una huella creo que sí y que he hecho algo para el club, como el club ha hecho cosas por mí, también. Pero lo de ser el más importante o no, eso creo que hay que dejarlo para después de que me vaya y será la gente quien lo diga.

-Pero, por ejemplo, el equipo juega con dos delanteros y cuando no está usted hay más déficit, por su labor de cohesión...

-Sí, porque hay que cuidar la defensa en el centro del campo y que no nos contragolpeen, por eso el míster nos pide el esfuerzo de que recuperemos la posición después de cada ataque. Intentamos hacerlo y hay que hacer más sacrificio, porque no hay muchos equipos que puedan jugar así.

-¿Qué le parece la apuesta del Sevilla por el fútbol africano?

-Hay que agradecérselo a Monchi. El fútbol africano está creciendo y es el futuro, estoy convencido. En pocos años irá a más y estará más representado en los grandes clubes e incluso en el Mundial puede haber alguna selección que llegue lejos. Con esto el Sevilla demuestra que cuenta con ellos y será imitado por muchos clubes españoles.

-Ha hablado del Mundial. ¿Es su espina clavada? Podría haber jugado con Francia...

-Hay que decir la verdad, yo no voy a jugar un Mundial. Es lo que se me queda clavado y es una pena, pero no me arrepiento para nada, estoy orgulloso de esto, de volcarme con África. Para el pueblo de Malí significa muchísimo. Todo lo que me ha dado el pueblo malí vale mucho más que el Mundial, no tiene precio. Jugar con Malí me ha abierto puertas, poder trabajar con mi fundación. Al final de mi carrera habrá que valorarlo todo, pero no me arrepiento ni de haber jugado con el Sevilla ni con Malí.

-Ha dicho alguna vez que puede retirarse en el Sevilla...

-A ver, a ver. Me quedan dos años de contrato, hasta 2012, entonces tendré 35 años y a esta edad te puedes retirar o seguir un par de años. Se valorará en su momento.

-¿Cuántos años cree que le quedan para el fútbol de élite?

-No sé, puede que en los dos años que me quedan de contrato o quizás un poquito más, puedo dar un buen nivel, creo que sí. Eso lo veré más adelante. A buen nivel puedo seguir tres o cuatro años quizás.

-¿Se quedaría a vivir en Sevilla después de la retirada?

-No sé, yo todavía tengo lazos con Londres, con Francia también. Con España ahora... Eso es algo que todavía no sé.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios