Sevilla FC

El líder pide más libertad

  • Banega demostró en la reacción ante el Liverpool que se multiplica cuando se suelta el corsé de la mediapunta

  • La medular pide a gritos otra corrección

Banega hace reír a carcajadas a Mercado en un entrenamiento.

Banega hace reír a carcajadas a Mercado en un entrenamiento. / juan crlos vázquez

Pasado el eco agrio del conocimiento de la enfermedad de Eduardo Berizzo, y mientras aún resuenan los mensajes de apoyo al tiempo que el club trata de dar normalidad al asunto, es hora de reflexionar sobre el memorable Sevilla-Liverpool, gracias a la formidable segunda mitad. No se puede obviar tampoco el desastre de la primera parte. De ambas mitades del partido se puede sacar una conclusión común: urge otra corrección de la medular. El doble pivote, ese flotador al que se agarró Berizzo tras los naufragios de Moscú y Valencia, ya cumplió su función y parece obvio que lo de Banega fue algo más que una simple reivindicación. Lideró la remontada y dio su mejor rendimiento desde su regreso a Nervión. No sería casualidad...

Se acumularon muchos factores para que el Sevilla remontara un resultado tan en contra hasta igualar el 0-3. El ambiente del estadio puso su parte, pero no habría sido posible sin el obligado, y sorprendente, retoque táctico de Berizzo. Deshizo el tándem Pizarro-N'Zonzi para dar entrada a Franco Vázquez en la mediapunta y que Banega pasara de ejercer de 10 a hacerlo de 8, o de 6 en el inicio del juego. Y el argentino dio un recital retrasando su posición desde la mediapunta a ese puesto de organizador que actúa con libertad. Desde ahí hizo saltar por los aires los corsés tácticos y se llevó por delante al Liverpool. Con el campo de cara, Banega tomó la batuta y distribuyó escondiendo la pelota y dándole salida en el momento justo, creando espacios que antes, con él de mediapunta, parecían imposibles.

El rosarino se apoyó para su tarea organizadora en el Mudo, que dio la adecuada continuidad al juego sin ralentizarlo, al contrario, combinando a la primera con las alas y el punta y dándole una rápida circulación a la pelota. Y así emergió el mejor Sevilla del curso, factores emocionales y ambientales al margen, que también contribuyeron al memorable empate de Pizarro en el minuto 93.

Curiosamente, el insuficiente papel de Pizarro como único medio de cierre está en el origen de la primera corrección que hizo Berizzo. El técnico argentino empezó a hablar de la necesidad de darle seguridad al equipo con dos medios de cierre después de las goleadas ante Spartak y Valencia. Coincidió aquello con la recuperación de N'Zonzi, lastimado en Bilbao, y las victorias ante Leganés, Spartak y Celta parecieron darle la razón, aun con incertidumbre.

Ahora parece que llega el momento de darle otro giro a ese constante modelado sobre la medular. Los números de Banega en la Champions corroboran su capacidad de liderazgo: titular en los siete partidos de Champions, tiene una media de 103 pases completados, para un total de 468 pases en la fase de grupos, con una elevada tasa de acierto del 84%. Sólo lo supera en toda Europa Busquets, con 476, pero incluso a éste lo mejora en la media por partido de pases buenos.

Banega, como cuando partía con Emery de 10 para permutar su posición con Iborra en la fase ofensiva y distribuir con libertad, huye de la mediapunta. Ahí se asfixia, al jugar de espaldas sin margen para esquivar las marcas. La única duda seguirá siendo si es capaz de jugar dos partidos de nivel por semana. Emery se vio obligado a priorizar su protagonismo en la Champions y el Sevilla lo echó de menos en la Liga fuera de casa. Ahí ya será cuestión de que Berizzo dosifique esfuerzos y aproveche mejor sus recursos, desde Franco Vázquez hasta Johannes Geis. El alemán ha demostrado aun jugando de defensa que puede aportar como medio. Y el tándem N'Zonzi-Pizarro debería ser sólo un recurso puntual.

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