Luis Torres ./ Gerente de Aroden

"En 2014 nuestra exportación alcanzó a ser la cuarta parte de las ventas"

  • La almazara cordobesa ha recibido numerosos premios y cuenta con mercados consolidados en Japón, Austria y Alemania Sus ventas en el ámbito internacional aumentaron en un 63%

LUIS Torres dirige Aroden, una sociedad ubicada en Carcabuey (Córdoba), cuya almazara fue elegida el año pasado como la mejor de España por la Asociación Española de Municipios del Olivo. Su aceite más emblemático, Cladivm -amparado por la denominación de origen protegida de Priego- acaba de ganar la Medalla de Oro en el concurso New York Olive Oil Competition (EEUU), un premio que es además el décimo galardón que obtiene en lo que va de año, destacando entre ellos el tercer puesto en el prestigioso concurso Mario Solinas del COI. Desde 2014 la empresa está poniendo en práctica un plan de internacionalización y ha apostado por la venta de sus productos en tiendas gourmet tanto a nivel nacional como internacional.

-Cosecha temprana de aceituna verde, vareo tradicional y elaboración del aceite en menos de dos horas… ¿Se puede decir que es una apuesta decidida por la calidad y no por la cantidad?

-Sin duda lo es. La diferenciación del resto de aceites basándonos en la alta calidad es nuestra baza para incrementar la comercialización del envasado, sobre todo en exportación, que es donde tenemos más camino por recorrer. Como en casi todo, la calidad y la cantidad están siempre contrapuestas, y por nuestro tamaño y características hemos optado por lo primero.

-Cuando todo el mundo busca la mecanización del olivar, los intensivos y superintensivos, ustedes hacen gala de tener olivos de 200 años de antigüedad y de hacer una recolección, como quien dice, "a la antigua". ¿Es así sólo para Cladivm o tienen otra producción modernizada?

-La producción de Cladivm se hace con tanto esfuerzo, tanto de trabajo como económico, que sería imposible recolectar todos nuestros olivos por ese método. Además, la maduración de la aceituna en el momento que estimamos adecuado para la máxima calidad apenas se mantiene durante una semana, que es el tiempo que tenemos para producir el Cladivm de todo el año. El resto de los olivos se recolectan de forma mecanizada, vendiendo parte con la marca La Aldea de don Gil y parte a granel, aunque cada vez en menos proporción.

-¿Es rentable hacer un aceite pensado para ganar premios y venderse en tiendas gourmet? ¿Hay suficientes consumidores listos para pagar un aceite así?

-El coste de producción es altísimo, por lo que el precio final es elevado con respecto a otros aceites. No todo el mundo está dispuesto a pagar esta diferencia, pero sí es cierto que cada vez encontramos más consumidores fieles que a su vez hacen de prescriptores y el abanico de potenciales clientes se incrementa día a día. Este tipo de aceite no se consume en grandes cantidades, por lo que al cabo del año la diferencia de precio no es tanta como puede parecer y realmente merece la pena pagarla a cambio de un producto muy sano y con tanto potencial gastronómico.

-En la comercialización del aceite, los productores topan con el problema de la distribución, de las marcas blancas y de la venta a pérdidas. ¿Están ustedes huyendo de estos problemas y apostando por salir de la venta a granel ?

-En los inicios de Aroden no contemplábamos ni siquiera la venta de envasado; era una sociedad creada para la molturación y venta a granel del aceite de sus socios. Al ver que disponíamos de una materia prima excepcional y analizando la situación del sector, decidimos poner en marcha el envasado. Ahora, nuestro objetivo es la comercialización de un aceite de alta calidad tanto en nacional como en exportación. Las marcas blancas, los aceites de grandes distribuidoras y las ventas a pérdidas no nos preocupan en exceso porque hablamos de productos totalmente distintos y clientes diferenciados.

-Ustedes hicieron el año pasado un plan de internacionalización que están llevando a cabo. ¿Qué metas se han propuesto y en qué momento del mismo están?

-Es nuestro segundo año de ejecución del plan y los objetivos se van cumpliendo según lo previsto. El primer año se hizo la prospección de mercados y la toma de contacto con los clientes. La exportación es una labor dura y constante, y el esfuerzo comienza a dar sus frutos. Aun así, todavía nos queda mucho camino por recorrer. Tenemos varios países ya consolidados, como Japón, Austria y Alemania, y estamos presentes en Bélgica, Francia, el Reino Unido, Lituania, Hungría y Canadá. Ahora hay que afianzar las ventas en estos países e iniciar el trabajo en el continente americano y Asia. En 2014 nuestra exportación aumentó un 63%, representando ya casi una cuarta parte de las ventas

-¿Qué producción tiene ahora mismo su almazara y cuantas variedades de aceite producen?

-La producción de Cladivm es muy limitada, de unos 20.000 ó 25.000 kilos al año. La rigurosa selección de la aceituna y el breve tiempo que se mantiene la maduración óptima hacen que tan sólo entre el 3% y el 5% del aceite producido sea de esta calidad. Se elabora en dos monovarietales: hojiblanca y picudo. El resto de producción, hasta alcanzar un promedio de unos 700.000 kilos de aceite por campaña de una calidad más convencional, se hace con un coupage de las tres variedades típicas de esta zona: hojiblanca, picudo y picual.

-Su aceite se encuadra en la D.O. de Priego, una de las más prestigiosas comarcas aceiteras de España. ¿Qué diferencia los aceites de esta zona de Córdoba de otros como los de Jaén, o los de Sevilla?

-La zona de producción de la D.O.P. de Priego de Córdoba está en pleno Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Es un olivar de montaña, de cultivo tradicional y olivos centenarios en muchos casos, con una altitud media de 700 metros sobre el nivel del mar, llegando incluso a los más de 1.000 metros. El microclima de esta zona es muy distinto al que puede haber en olivares situados a tan sólo varios kilómetros de aquí; siendo la misma variedad, producen aceites totalmente distintos. Otro aspecto muy importante es la cuidada elaboración que realizamos todas las empresas de la zona.

--En su opinión, ¿en España se cuida suficiente la calidad o habría que hacer mas controles?

-Se llevan a cabo controles, pero quizá no los suficientes. Y no ya sólo por evitar el fraude al consumidor, que es lo más importante, sino por la competencia desleal que nos supone a los que lo hacemos bien. Aunque en ese aspecto hace tiempo que dejé de preocuparme: no es mi guerra. No podemos competir en precio con los que comenten fraude, pero sí en calidad y, normalmente, el consumidor que prueba nuestro aceite sabe reconocerlo y repite su compra.

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