La Voz Invitada

Crisis de las exportaciones a Estados Unidos: Ahora, firmeza y contundencia

  • El autor reclama compensaciones económicas para las producciones afectadas

Planta de tratamiento de la aceituna negra.

Planta de tratamiento de la aceituna negra.

Se han confirmado los peores augurios para el sector agrario español: la amenaza de imposición de aranceles por parte del gobierno de Trump por el caso Airbus, ratificada por la Organización Mundial de Comercio (OMC), es ya una realidad. Los daños que se barajan en el sector agrario van más allá del importe de este desmesurado arancel, puesto que debe estimarse también la pérdida, total o parcial, del mercado estadounidense.

En cualquier caso las cifras son mareantes, y en el caso de Andalucía pueden rondar los 600 millones de euros, mientras que en nuestra provincia, en Sevilla, se aproximarían a los 200 millones. Se estima que 2 de cada 3 euros de los que pierda España por este incremento tarifario lo perderán los agricultores andaluces y sus cooperativas y empresas.

Recordemos los hechos, el pasado 2 de octubre el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC dio la razón a EE.UU. en el contencioso que este país tenía planteado ante ese organismo por las ayudas europeas al consorcio aeronáutico Airbus. En virtud del laudo se autoriza al Gobierno de EE.UU. a imponer aranceles a la UE por valor de 7.500 millones de dólares anuales (6.744 millones de euros).

Una vez conocida la resolución, el Gobierno de EE.UU. hizo pública la lista de productos a los que planteaba aplicar aranceles, entre ellos un buen número de productos agroalimentarios españoles y andaluces: aceite de oliva (virgen, virgen extra y lampante), aceitunas (todas las variedades), cítricos (naranjas, mandarinas, clementinas y limones), vino, quesos, carne de cerdo deshuesada cocina y envasada… Todos estos productos se ven gravados desde el pasado 18 de octubre con un arancel del 25%, mientras que los productos de la industria de la aviación se han visto gravados con un arancel del 10%.

Dividir el Bloque

En Asaja-Sevilla hemos estado pendientes de esta resolución desde el primer momento y hemos denunciado su carácter arbitrario e injusto (nada tienen que ver el aceite y las aceitunas con los aviones), desproporcionado (el arancel para los productos agrarios es un 15% superior al que se ha fijado para los componentes que exporta a EE.UU. la industria europea de la aviación) y terriblemente avieso (puesto que los aranceles se fijan para las producciones de unos países europeos concretos y no para toda la Unión Europea), con el objeto claro aunque no explicitado de azuzar la división dentro del bloque comunitario; un bloque económico, comercial y político que funciona como un todo en materia de mercado (mercado único comunitario y ausencia de fronteras entre países miembros) y en asuntos de política comercial (los acuerdos comerciales internacionales, a los que tan dado son los dirigentes de la Comisión Europea, se firman con todo el bloque y sus condiciones son las mismas para todos los países miembros).

Reflexionar ahora sobre porqué las producciones agrícolas se encuentran dentro de la OMC y por tanto son susceptibles de imposiciones arancelarias y objeto de las guerras comerciales entre países, o sobre porqué la agricultura vuelve a pagar los “platos rotos” de un conflicto ajeno como es el aeronáutico, o sobre porqué está triunfando el proteccionismo salvaje frente a la ya larga tradición de acuerdos y encuentros, resulta ya del todo estéril.

”No vale esconderse tras la UE, nuestro Gobierno tiene que ser el que tire del carro”

Ahora toca liderar la estrategia para resarcir los daños a los sectores afectados, toca iniciar acciones de contraataque, y toca redoblar los esfuerzos para recuperar o para buscar nuevos mercados. Y ese liderazgo lo tiene que ejercer el Gobierno de España, no vale esconderse tras el parapeto de la Unión Europea, que siempre es lenta en sus reacciones. Tiene que ser nuestro Gobierno, como principal país afectado (aceite, vino, aceituna, queso, cítricos, derivados del porcino, entre otros) el que “tire del carro”.

Una circunstancia que se nos antoja complicada a tenor de la reciente propuesta del presidente del Gobierno en funciones, quien hace unos días anunció en una visita a Andalucía que para afrontar el efecto de estos aranceles propondría una “reducción de las peonadas necesarias para cubrir el subsidio agrario”.

No nos engañemos, el contador de daños está ya en marcha y hay que actuar rápido, ya que un mercado cuesta mucho tiempo abrirlo, mantenerlo y consolidarlo, y sin embargo unos pocos minutos bastan para perderlo.

Ejemplos

La solución pasa por establecer compensaciones económicas para las producciones afectadas (Irlanda recibirá 50 millones de euros para su sector de carne de vacuno afectado por la incertidumbre del Brexit y los agricultores y ganaderos de EE.UU. percibirán 24.000 millones de dólares en compensación por los daños causados por la guerra comercial con China); y pasa también por sacar del cajón los recargos arancelarios que la Unión Europea tiene ya aprobados por la OMC e imponer, de manera inmediata y paralela, nuevos aranceles a los sectores más sensibles de la economía de los EE.UU. Esta es sin duda la mejor medida de presión ante la sinrazón del Gobierno de Trump.

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