20 años de Terracultura en Chirivel
  • Es uno de los grandes impulsores de esa filosofía que aboga por un regreso a la naturaleza como solución a los problemas del mundo

  • Primer presidente de Terracultura, concibió la feria como un lugar donde mostrar el orgullo y la importancia rural para la sociedad

  • 20 años después, las expectativas son inmejorables

Cristóbal Aránega: “La pandemia será un antes y un después para el futuro de la agricultura de interior”

Cristóbal Aránega, gerente de la empresa Crisara. Cristóbal Aránega, gerente de la empresa Crisara.

Cristóbal Aránega, gerente de la empresa Crisara.

-¿Cuál es el estado de salud de la agricultura en la comarca de Los Vélez?

–El estado de salud de la comarca y en todas las zonas de interior es bueno y creo que pasa por el almendro, el pistacho y por el agro ecológico en general. Especialmente por el valor añadido que otorga esa certificación ecológica frente a la preocupación que existe por la salud, más ahora en tiempos de crisis sanitaria. A eso hay que añadir la preocupación que existe por el cambio climático, con huella hídrica, la huella de carbono y la huella social. La agricultura de esta zona está ayudando a paliar todo eso, y por tanto otorga un potencial de salud y económico que es fundamental. La agricultura de interior tiene que marcar la diferencia. Y a día de hoy lo hace. Y doy algunos datos. Mientras que, en el caso de la almendra, nuestro principal cultivo, Estados Unidos y Australia, que son los principales productores mundiales y que tienen el 100% en regadío, consumen entre 12.000 y 14.000 metros cúbicos por hectárea. Nuestro regadío se sitúa entre 2 y 5.000 metros cúbicos. Pero además, solo en España solo tenemos apenas 31 por ciento en regadío, el resto está en secano. En cuanto a la huella social, en España representa el minifundio y la diversidad, por tanto repercute al asentamiento en el medio rural.

–¿Por qué esta filosofía no se extiende más?

–Todavía hoy hay mucha falta de información, pero afortunadamente esto está cambiando. Hay mucho camino por recorrer, por supuesto, e incluso en Almería hay comarcas que aún no han implantado este modelo con el gran potencial que tienen. Todo vendrá. Al final se miran los números, y muchos, cuando se los pones delante y ven que es más que rentable, les cambia la perspectiva. Con 30 hectáreas de almendro en ecológico puede vivir una familia más que bien, y eso sin contar el beneficio, incalculable que está aportando para la regeneración medioambiental y social del territorio.

–¿Cómo ha evolucionado la agricultura en la comarca en los últimos años?

–Esto ha evolucionado gracias a la demanda del consumidor, que ha estado por encima de la oferta siempre. En este momento, el crecimiento de la demanda es más grande de la oferta por mucha almendra ecológica que se haga. El consumo mundial está creciendo. Americanos y australianos menguarán su venta en los próximos años por estar establecidos en lo convencional, y por eso están generando mercado en Asia donde vive 70% de la población mundial. Nosotros tenemos que estar en esa otra vertiente, la de la salud, la diferente, la que va a un mercado quizás se puede llamar más elitista. Nosotros no podemos ir a los supermercados porque no somos competitivos. Ya hemos llegado a ser un referente mundial en almendra ecológica, y las zonas de Los Vélez, el Altiplano Granadino, el Almanzora y parte de la provincia de Murcia, un triángulo geográfico que se ha convertido en el mayor productor mundial. Eso es lo que hay que seguir potenciando, extendiendo por el territorio.

–Mirando a futuro, y viendo lo que usted como uno de los protagonistas ha conseguido en la zona, ¿hay relevo generacional para continuar con esta filosofía?

–Yo creo que no solo relevo generacional, sino también retorno generacional. Hablaría de que se está produciendo un éxodo rural, y hay personas que realmente se han dado cuenta de que no pueden vivir más tiempo de espaldas al campo. La población mundial crece a un ritmo estratosférico y va a ser necesario producir más y de manera sostenible. Eso evidentemente está reñido con seguir masificando los grandes núcleos poblacionales, las urbes. Nosotros tendremos un crecimiento diferente, que será sostenible y mitigadores de cambio climático. Solo queda potenciarlos, y generar esa economía social y necesaria en contexto con la naturaleza. Afortunadamente ya nos amparan los consumidores, que son los verdaderos protagonistas. Lamentablemente, en estos años atrás el cambio climático ha estado enmascarado por las crisis financieras, pero qué duda cabe que de no poner freno, esta será la mayor crisis de todas. Ya lo es. Es más, las crisis económicas más recientes tienen sus remanentes en esa parte que es la ecología, no se pueden gastar más recursos de la cuenta. La solución de todo está en la propia naturaleza siempre. Creo que vivimos en un sitio privilegiado y la expectativa de crecimiento es buena.

“Crisara siempre ha llevado a la feria la innovación en ‘eco’, sobre todo en nutrición y en sanidad vegetal. Además de los valores sostenibles”

–¿Se considera activista?

–Sí, la verdad. Yo personalmente me gustaría y ayudo a que la gente cambie. Yo fui presidente y fundador de Alvelal, precisamente porque hubiese un retorno medioambiental, económico y natural. Y siempre me he visto en la obligación moral de inspirar y dar información. Luego monté una empresa exclusiva de agricultura ecológica y asesoramiento técnico. De eso hace ya 25 años, cuando la agricultura ecológica era algo relacionado con las comunas hippies. Recuerdo como en la primera Expoagro fuimos con Crisara y los periodistas nos calificaban como ‘los ecologistas’. Al final fue precisamente allí donde empezó se abrió nuestra gran puerta al exterior por la presencia de operadores extranjeros de países donde ya se coqueteaba con el ámbito ‘eco’. De ahí comenzaron nuestras misiones comerciales fuera para llevar nuestro almendro ecológico, porque en ese momento en Almería no había empresas así. Con el paso de los años, y la perspectiva, puedo decir que sí, que me puedo considerar activista de esta forma de concebir el entorno rural y su potencial económico, social y medioambiental; que es muy necesario.

–Usted ha sido organizador de Terracultura, también como alcalde…

–Fui el primer presidente de la feria. Era concejal de agricultura en aquel momento Con José Luis Sánchez Teruel como alcalde. Fui el primer presidente de la feria y como concejal con José Luis. Yo era uno de los vecinos de que fue a Zaragoza, y Francisco Sánchez Alarcón, un carpintero metálico… teníamos intención de hacer una feria ya y estuvimos allí y decidimos hacerla de maquinaria agrícola. Nosotros ya llevábamos tiempo detrás de hacer una feria de agricultura para acercar el sector a los vecinos de la comarca. De hecho, lo llevábamos en el programa. Fue a raíz de una feria en la que estuvimos unos cuantos vecinos, lo que nos dio la idea de enfocarla a la maquinaria agrícola y allí mismo empezamos a hacer contactos. Creo que eso fue la clave del éxito, el enfoque. Esto permitía llevar directamente al campo la maquinaria que necesitaban, los nuevos avances en este sentido, en lugar de ser ellos quienes tuvieran que buscarse la vida. Era acercar el sector a la agricultura más olvidada, la de interior, y al mismo tiempo generar un movimiento económico, porque allí se exponían elementos necesarios para los agricultores. Es más, recuerdo como la última jornada de la primera edición, en 2.001, paseando por los diferentes estands, fuimos preguntando por sus ventas. Terminamos de visitarlos todos y nos dimos cuenta que habían vendido por valor de 1,3 millones de euros. Eso nos impactó. A raíz de ahí, quisimos dar un giro de tuerca más y potenciar además de eso nuestra primera idea para este evento, que era el de crear un escaparate agrícola pacífico y reivindicativo. Un lygar donde se pusiera de manifiesto el orgullo rural, un espacio para el diálogo entre profesionales del sector y políticos, donde pudieran sentarse a debatir distintos aspectos y llegar a acuerdos. Y así fue. Se consiguió. Queríamos que la gente se sintiera representada y valorada, donde una agricultura marginada pusiera encima de la pesa todo su potencial y proyectara todo lo que puede ofrecer a la sociedad.

–¿Qué tiene o ha tomado Terracultura de Crisara?

–Nosotros lo que hemos ido a llevar a la feria siempre es la innovación en el sector ecológico, concretamente en almendro y pistacho. Innovación sobre todo en nutrición y en sanidad vegetal. Y por supuesto los valores de la sostenibilidad.

–¿Ha habido un antes y un después en la comarca con la feria?

–Sí que lo ha habido, y ahora yo veo una feria en el futuro llena de jóvenes y de retorno de todos ellos. Y la veo con la tecnología acercándose al campo. El concepto de una zona rural no es de subdesarrollo. Tiene que desaparecer esa estampa del pastor con las ovejas y la burra, y pasar a lo que es y debe ser, de agricultor moderno.

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