Tras lo peor de la pandemia, el sector agrario andaluz necesita ahora el respaldo de todas las administraciones públicas. Por ello, desde la Junta de Andalucía defienden un modelo de la PAC que ha hecho que la región sea líder en innovación, sostenibilidad y competitividad. Durante el primer semestre de 2021, y a pesar de las restricciones por el coronavirus, el agro andaluz ha mantenido cifras récord de exportaciones.

Aún quedan por delante muchos retos. Para el Gobierno andaluz el objetivo último es que los agricultores y ganaderos reciban un precio justo por su trabajo y su producto. Para ello, la UE tiene que exigir las mismas obligaciones medioambientales y sociales para abrir sus fronteras a las importaciones procedentes de terceros países. “No se puede exigir a los productores europeos que hagan más con menos y luego permitir la entrada de productos agroalimentarios que no cumplen los requisitos que nos imponemos en Europa”, explica la consejera de Agricultura, Carmen Crespo. Por eso, insiste en que “hay que evitar una injusta competencia desleal que está haciendo un daño enorme en el agro andaluz”.

En esta línea, la suspensión de los aranceles de Estados Unidos sobre productos andaluces como el aceite de oliva o la aceituna verde de mesa ha sido una buena noticia. Ahora el foco está puesto en acabar con los aranceles que sufre la aceituna negra en EEUU y a eliminar el veto ruso.

El objetivo del Gobierno andaluz es ayudar a un sector estratégico para ser cada día más líderes. Porque es esencial para la recuperación. Para ello, en los dos últimos años ha puesto en marcha ayudas Covid para inyectar liquidez a los sectores más afectados por el cierre del canal Horeca, inversiones de 60 millones de euros para modernizar los regadíos, un plan sin precedentes de 75 millones para adecuar 1.250 kilómetros de caminos rurales que dan acceso a las explotaciones, el incremento de las ayudas dirigidas a la ganadería extensiva y un compromiso firme por avanzar en la transformación y comercialización de la agroindustria de Andalucía, dotado con 90 millones de euros.

El futuro del campo andaluz pivota sobre tres ejes principales: la innovación, el relevo generacional y la sostenibilidad. Así, la Junta ha puesto en funcionamiento el motor de arranque de tres proyectos de innovación llamados a ser cruciales. El Smart Green Cube de Almería, el Centro Andaluz de Referencia de Control de la Calidad del Aceite de Oliva de Jaén y el Agrotech Digital Innovación Hub de Córdoba, que van a permitir que Andalucía sea la punta de lanza en la nueva agricultura de la digitalización y tecnificación. A estos tres grandes proyectos, se añade una modernización de las Oficinas Comarcales Agrarias y la apertura de una sucursal virtual.

Sin relevo generacional, el campo no tiene futuro. Una de las líneas de apoyo principales de la Junta es para la incorporación de los jóvenes al agro andaluz y, por tanto, fijar la población en los municipios rurales. En estos dos años se ha logrado que 1.500 jóvenes agricultores y ganaderos se incorporen al sector y antes de que acabe este 2021 está prevista una nueva convocatoria por un importe de 76 millones de euros.

Y en cuanto a sostenibilidad, Andalucía es líder con 1.100.000 hectáreas dedicadas a la producción ecológica, que concentra el 45% de toda la superficie dedicada a esta agricultura especialmente respetuosa con el medio ambiente. La comunidad está ya muy cerca de cumplir con el objetivo de utilizar en 2030 al menos el 25% de las tierras agrícolas para la agricultura ecológica, como así fija la Estrategia de la Granja a la Mesa de la Unión Europea, ya que Andalucía se sitúa en el 23,58%.

La Junta ha puesto en marcha iniciativas como el ‘Compromiso Blanco’ para potenciar los esfuerzos dirigidos a gestionar los residuos plásticos que se generan en la agricultura.

Además, la política de agua puesta en marcha por el Gobierno andaluz hará posible reutilizar 43,2 hectómetros cúbicos de aguas recicladas como recursos adicionales en un ejemplo de verdadera economía circular.