AGR Almeria

Radiografía de la evolución de la tecnología en el sector hortícola

  • El economista David Uclés apunta hacia un futuro más mecanizado y con menos mano de obra

Robot utilizado por los investigadores de la UPM en un invernadero.

Robot utilizado por los investigadores de la UPM en un invernadero. / d. a.

Hace unos días, el director del Servicio de Estudios de Cajamar, David Uclés, publicaba en el blog de la cooperativa de crédito almeriense sus impresiones acerca de la evolución que está experimentando la evolución tecnológica de los invernaderos almerienses y su tendencia a una menor necesidad de mano de obra.

En un artículo titulado 'Yo, robot agricultor', Uclés explica cómo le surgió esta inquietud tras ver un vídeo de un robot, desarrollado por una empresa holandesa, que hacía las labores de destalle en un invernadero de tomate con gran precisión y velocidad, por lo que se lanza a detallar por dónde van a ir los tiros en los próximos años en cuestiones de abaratamiento de costes en las explotaciones intensivas.

Uclés vaticina tensiones sociales y políticas si las máquinas suplantan a la mano de obra agrícola

"Hace más de 20 años que escuché por primera vez al que por entonces era mi profesor, Jerónimo Molina, que los invernaderos del sur español eran lo más parecido a talleres industriales de la agricultura nacional y que, como tales, sus necesidades eran muy similares a las de un polígono industrial: requerimientos de energía eléctrica con suministro estable en el tiempo y en intensidad, viales con capacidad para el trasiego de vehículos de transporte y servicios o servicios de recogida de envases y residuos de cosecha. Tras visualizar esos vídeos y pensar en las repercusiones aquella metáfora del invernadero-taller cobra aún más sentido", apunta.

Explica que dado que la mano de obra es uno de los principales costes de la agricultura bajo techo (de cristal o plástico) no es descabellado pensar que en las zonas más desarrolladas y de salarios más elevados, el proceso de robotización de las tareas puede suponer un fuerte ahorro de costes, estrategia más que necesaria en un entorno de competencia creciente y precios de venta a la baja. "Ahora bien, en lugares como Andalucía, Murcia o Valencia va a suponer el surgimiento de una agricultura aún más capitalizada (en el sentido del ratio capital/trabajo), con una demanda de insumos tecnológicos muy avanzada y con unas necesidades de organización interna del espacio en el invernadero posiblemente distintas a las actuales. Incluso con una readaptación de las propias estructuras de invernadero para la introducción de los robots en las labores de campo. Asimismo, es muy posible que las casas de semillas tengan que introducir en su mix de variables una relacionada con las posibilidades de mecanización del cultivo", expone.

Puntualiza que el reverso es una menor demanda de mano de obra para las labores agrarias, que en una agricultura que en zonas como Almería es una de las mayores creadoras de empleo. "Esto hace presagiar que si las explotaciones comienzan a mutar en esta dirección, las tensiones sociales serán elevadas y podrían desembocar en un problema político".

Culmina diciendo que la tecnología está provocando unos cambios tan espectaculares que "no es descabellado pensar que pueda terminar condicionando nuestra propia evolución como especie", en este caso, hacia el "Homo Sapiens technologicus".

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