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El cambio climático aumenta las plagas pero rebaja los depredadores naturales

  • Un estudio publicado en la prestigiosa revista 'Molecular Ecology' revela que altera la estructura de la tierra y reduce el rendimiento de los cultivos

Las libélulas son un depredador natural, de ahí la importancia de fijarlo al territorio cercano a los invernaderos.

Las libélulas son un depredador natural, de ahí la importancia de fijarlo al territorio cercano a los invernaderos. / diario de almería

No está claro cómo los aumentos sostenidos de la temperatura y los cambios en la precipitación, como resultado del cambio climático, afectarán los cultivos y sus interacciones con las malezas agrícolas, las plagas de insectos y los depredadores, debido a las dificultades para cuantificar los cambios en tales relaciones complejas. Simulamos los efectos combinados del aumento de la temperatura (en un promedio de 1,4 ° C durante una temporada de crecimiento) y la aplicación de agua de lluvia adicional (objetivo de 10% extra por semana) utilizando un experimento de bloques aleatorizado y replicado dentro de una cosecha de trigo. Examinamos cómo esto afectó la estructura de 24 redes cuantitativas de plantas-áfido-parasitoides replicadas construidas utilizando métodos basados ??en ADN. El calentamiento climático simulado afectó la riqueza de las especies, alteró significativamente las asimetrías de los recursos del consumidor y redujo la complejidad de la red. El aumento de la temperatura indujo un brote de áfidos, pero las tasas de parasitismo de los áfidos por las avispas parasitoides se mantuvieron sin cambios. También impulsó cambios en el cultivo, alterando en particular la fenología del trigo, así como su calidad (es decir . menos, semillas mas ligeras). Discutimos la importancia de considerar los impactos más amplios del cambio climático en las especies que interactúan a través de los niveles tróficos en los ecosistemas agrícolas.

Por otra parte, según el estudio 'Prácticas Agroecológicas de Adaptación al Cambio Climático', elaborado por la Sociedad Española de Agricultura Ecológica-Agroecología (SEAE), recoge que para adaptarse al cambio climático los agricultores deben empezar a desarrollar estrategias propias de la agricultura ecológica como incorporar materia orgánica al suelo, cambiar la rotación de cultivos o reducir el uso de insumos exteriores a la finca o la granja, entre otros.

Más evidenciasLa Sociedad Española de Agricultura Ecológica estudia el asunto

El informe cuenta con casos prácticos sobre agricultura ecológica y cambio climático en España. Su diagnóstico final se perfilará en las próximas semanas, tal y como publicó Efeagro.

El estudio -con aportaciones teóricoprácticas de científicos y de agricultores- se enmarca dentro del proyecto Adapta Agroecología, que finaliza este verano; momento en el que estarán las recomendaciones finales que se trasladarán al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), porque según ha explicado a Efeagro el coordinador de SEAE, Víctor Gonzálvez, el cambio "ya está ahí" y hay que actuar.

"La artificialización de los sistemas productivos y el uso y abuso de productos químicos de síntesis" han contribuido, por parte de la agricultura convencional, a un aumento de gases de efecto invernadero (GEI) que "acentúan el cambio climático", según Gonzálvez.

A su juicio, "hay evidencias claras" de que la agroecología tiene mayor facilidad para adaptarse al cambio, y el estudio quiere dar a conocer estas experiencias que suman conocimientos tradicionales, pero también científicos, comprometidos con una producción de alimentos suficiente que no deteriore los ecosistemas.

El informe apunta que, no obstante, las prácticas de adaptación de la agricultura al cambio climático deben hacerse minimizando pérdidas en la productividad, a través de técnicas como un mayor uso de variedades locales tolerantes a la sequía, captación de agua t asociación de cultivos y de sistemas agrícolas con árboles o deshierbe oportuno.

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