AGR Almeria

"Esta es la campaña de las adversidades"

  • Rafael Lirueña es un agricultor de San Agustín afectado por la granizada No es la primera vez, ya que en 2005 también topó con la mala fortuna

Sabido es por todos que la agricultura es, probablemente, el principal económico de la provincia, pero no todos conocen las vidas de sus verdaderos protagonistas, aquellos que tienen contacto directo con la tierra.

Vidas anónimas para los que la agricultura es más que una profesión; más bien es una forma de vida.

Rafael Lirueña es uno de ellos, pese a contar con solo 44 años, lleva 30 dedicándose a la tierra. "Llevo la agricultura en la sangre. Mi padre fue productor y, tanto mis hermanos, como yo, hemos seguido sus pasos", explica este vecino de Roquetas de Mar, el mayor de seis hermanos, que hoy trabajan codo con codo gestionando la producción de 13 hectáreas donde cultivan pepinos y pimientos.

Empezó a trabajar joven, y también muy joven formó su familia. Hace 15 días tuvo su primera nieta este agricultor, padre de cuatro hijos. Sin embargo, y cuando estaba disfrutando de la pequeña, el drama pegó una bofetada a la familia. La tormenta de granizo del pasado lunes dañó gravemente una de las fincas de la familia, concretamente la que gestiona uno de sus hermanos. En total han sido 2,2 hectáreas de una de las plantaciones de pepino que se han ido al traste y otras 1,6 de pimientos de las que apenas han podido rescatar nada para comercializar.

La granizada ha llegado como un jarro de agua fría, "porque con lo mal que habíamos comenzado la campaña, con unos precios muy bajos, ahora que empezaba a remontar sucede esto. Parece casi una broma", se lamenta Lirueña sobre estos primeros meses de campaña, ahora prácticamente en su ecuador donde le han estado pagando los pepinos entre 15 y 20 céntimos el kilo y, con la subida, estaban alcanzando los 60.

Lo paradójico es que Lirueña fue uno de los grandes afectados en la tormenta que asoló al Poniente en 2005 "y ahora esto. También, aunque en menor medida, me vi perjudicado por la de 2013 y no obtuve ninguna ayuda para continuar, ni poca", recuerda este agricultor que, pese al drama y para su suerte, tiene sus fincas aseguradas y ahora espera como agua de mayo el peritaje de los daños por parte de la compañía para saber a que atenerse en el futuro más próximo.

Es consciente de que es afortunado y se solidariza con otros compañeros que se han visto mucho más perjudicados por esta granizada. "Un primo mío, que cultiva tomates por la zona de San Agustín, lo ha perdido todo y, como nosotros, somos muchas familias a las que ahora nos esperan momentos muy difíciles, por eso, espero que las administraciones nos ayuden y tengan una respuesta más rápida que en 2013", subraya.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios