Jaén es hasta hoy la capital mundial del aceite de oliva, aunque en realidad lo es los 365 días del año. La capital finaliza hoy la vigésima edición de la Feria Internacional del Aceite de Oliva Virgen Extra e Industrias Afines (Expoliva), un encuentro internacional de este sector que ya era necesario, después de cambiar de fechas por la situación derivada de la crisis sanitaria, no se ha deslucido ni un ápice el potencial de este evento que en sus instalaciones de IFEJA (organizador junto con Fundación del Olivar), con en torno a unos 13.000 metros cuadrados, ha reunido a varios miles de personas durante sus cuatro jornada, entre profesionales, agentes del sector oleícola y, por su puesto, olivareros.
Y Almería, como no, tiene también su cuota de protagonismo en este evento, reflejando así el crecimiento de un sector en la provincia que en el último lustro no para de crecer. Y lo que mejor da prueba de ello son los datos, pues estos no mienten: en los primeros siete meses del año Almería, ha exportado aceite por valor de 2,9 millones (0,2% del total) y eso computa un crecimiento del 32%, el segundo mejor de la comunidad. Además, la previsión para esta nueva campaña, que ahora comienza, es que se produzca un 25% más de aceituna para almazara, lo que se traduce en un 32% más de aceite de oliva.
Expoliva ha mostrado el enorme potencial del olivar jiennense, pero también andaluz; con un espacio ocupado por completo en esta vigésima edición que ha contado con un total de 266 expositores. El contexto ha sido tranquilo, sereno, pero muy productivo. Y es que, pese a que la situación actual, especialmente de la última campaña es bastante buena, siempre hay cosas de las que aprender y mejorar en aras de la competitividad. Precisamente este 2021, que se puede decir que ha sido un bálsamo para los intereses de todos sus actores, y con una pandemia que ha favorecido el consumo de aceite en los hogares y su puesta en valor, este evento se ha tomado como el momento de analizar presente y futuro, además de cuales son los pasos a dar con un objetivo claro: crecer, ofrecer el mejor producto y que el consumidor sepa y comprenda porqué lo es.
La puesta de largo, desde luego, ha sido inmejorable. La presencia de su Majestad el Rey Felipe VI ha proporcionado una notoriedad muy importante, y ha supuesto un espaldarazo para esa imagen de potencia mundial que busca promover la provincia de Jaén y toda la región.
El monarca llegaba el miércoles, primera jornada, al Recinto de Ferias y Congresos de la capital jiennense donde recorrió todo el recinto y abordó con varios expositores la situación actual del sector, por la que se interesó, acompañado por el alcalde de la ciudad, Julio Millán, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes. Además, una placa dejó constancia de su presencia en la inauguración de esta feria, y puede que a la postre sea un símbolo del punto de inflexión que necesitaba el sector para dar un paso más hacia adelante en su proyección mundial.
El presidente de la Junta de Andalucía manifestó durante la inauguración la necesidad de continuar trabajando para ser más competitivos, pese al buen momento por el que pasa el olivar a día de hoy, ya que este sector es uno de los pilares fundamentales de la economía de la región, y por supuesto de la provincia jiennense, y de cuyo bonanza depende también en buena medida la posibilidad de favorecer la tan temida despoblación en el interior.
En este contexto, Moreno insistió en el trabajo que hay que realizar para comercializar aún mejor, generando valor añadido y consolidar los mercados existentes, sin perder de vista los nuevos, por supuesto. Así, aprovechó este marco de Expoliva para subrayar que desde la Junta de Andalucía se fomentará la promoción del aceite de oliva en mercados como el asiático o el norteamericano.
Cabe destacar, que además de los encuentros profesionales entre expositores y clientes, donde se han dado cita cerca del millar de representantes de empresas, se han desarrollado otras acciones y actividades paralelas, destacando entre ellas el Simposium Científico-Técnico, donde se abordaron los aspectos de mayor interés para el sector productor y las industrias. Y es que la comunidad investigadora es esencial para el devenir del sector, ya que de ellos depende en buena medida la mejora en la calidad del producto, la sostenibilidad en su obtención y, por supuesto, la certificación de esa característica que hace inconfundible y diferente al aceite: la salud.
Otros aspectos abordados en estas cuatro jornadas ha sido la futura Política Agraria Cómun (PAC), herramienta indispensable como complemento de la renta de los olivareros y, por lo tanto, de la supervivencia de este eslabón; las nuevas regulaciones desde la administración a aplicar, así como las innovaciones a acometer necesarias especialmente en el proceso de extracción en las almazaras y la propia cultura, la esencia; porque el patrimonio oleícola presenta una importancia como tradición que debe promocionarse y proyectarse incluso desde el punto de vista turístico.
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