El Personaje

“Mi familia siempre nos transmitió el amor por la raíz y la tierra”

  • Natural de Taberno, Alejandro García cuenta con un terreno de 15 hectáreas en La Capellanía, en concreto en una finca que heredó de su padre, denominada de las Pepas, y que hoy está en proceso de reforestación

Alejandro García está inmerso en un proyecto de reforestación en 15 hectáreas de la finca que heredó de su padre, denominada finca de las Pepas.

Alejandro García está inmerso en un proyecto de reforestación en 15 hectáreas de la finca que heredó de su padre, denominada finca de las Pepas.

Taberno, localidad situada en la parte nororiental de la comarca del Valle del Almanzora, provincia de Almería, es la tierra que le ha visto crecer, aunque por cuestiones laborales ha desarrollado su vida más bien fuera del municipio. Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Murcia, ha llevado a cabo diversos trabajos de investigación, dado clases y cursos en varias Universidades Europeas y escrito algún que otro libro, esto le ha llevado a recorrer y vivir en distintos continentes, estando mucha parte del tiempo fuera de su territorio, pero no desvinculado, porque como él dice “mi familia siempre nos trasmitieron un amor por la raíz y la tierra“, mensaje que sigue poniendo en práctica hoy en día.

Este socio tenía en mente, no hace mucho tiempo atrás, un proyecto de reforestación en 15 hectáreas de la finca que heredó de su padre, denominada finca de las Pepas, en La Capellanía, por lo que al comenzar a informarse, y como él mismo señala “como redes que se van tejiendo solas“, conoce a AlVelAl, tras acudir en busca de asesoramiento a la delegación de de agricultura de Albox, éstos les presentan a la asociación. “Miré en internet, ví su trabajo, me puse en contacto con ellos y me hice socio. El técnico de restauración de zonas naturales de la asociación visitó mi finca y le expliqué mi filosofía de la tierra, de tal modo que en un mes, a través de un fondo de inversión que había conseguido AlVelAl, el proyecto de reforestación planteado se podía llevar a cabo, es como llegar y besar el santo“, declara García.

Alejandro se entiende a sí mismo como un eslabón de una cadena al recibir la herencia de estas tierras, que a su vez algún día heredarán otras personas, queriendo dejar un impacto positivo en su zona, en el territorio, en el planeta, para que otros lo puedan disfrutar.

Con esta inspiración, y al no depender del producto de la tierra para su sustento, el almeriense decidió abrir otra ventana, como él expresa “si mi padre hace 50 años, decidió poner en este lugar almendros, hoy yo decido que se ha concluido la fase del almendro y ahora abrimos otra ventana, y no me cabe ninguna duda que mi padre estaría conmigo hoy en este proyecto, es la cadena de la vida, mejorar lo que hemos recibido”

Al profesor no le cabe duda de que si la asociación sigue con esta filosofía y línea de trabajo estará enmarcada dentro de las tendencias del futuro, destaca que “por lo que conozco apuestan por una agricultura meticulosa, de primor, que privilegia lo prequeño sobre las grandes esructuras, lo concreto sobre los grandes cultivos intensivos, que están desvastando nuestro planeta, en ese sentido pienso que tiene que batallar”.

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