Ecos de Fruit attraction 2021

¿Habrá una ‘burbuja’ de productos ecológicos?

  • Los desequilibrios entre la oferta y la demanda en un mercado aún no consolidado a nivel global preocupan entre bambalinas a las principales empresas hortofrutícolas, que aumentan, todas, cada año sus producciones ‘eco’

Tomates de una producción ecológica almeriense.

Tomates de una producción ecológica almeriense. / Javier Alonso

La reconversión total del campo almeriense hacia el cultivo ecológico en un medio plazo no se antoja un camino de rosas para muchos productores y comercializadores, que siguen viendo con recelo las bondades, desde el punto de vista económico, de lo que sí o sí va a ser una realidad en los próximos años. Esta es una de las conclusiones que se pueden extraer tras el paso de las principales empresas y cooperativas almerienses por la feria Fruit Attraction 2021, un evento que cada año crece y se sitúa prácticamente ya en similar importancia y capacidad de influencia a nivel mundial que la alemana Fruit Logistica.

Pero es una conclusión, diríase, ‘no oficial’, fruto de conversaciones a micrófono apagado con las cabezas visibles de muchas de esas empresas. El mercado, y por supuesto la imagen, mandan, y el cien por cien de los principales productores andan en la senda de seguir aumentando cada campaña el porcentaje de superficie que destinan a los cultivos ecológicos, y en consecuencia las toneladas de productos de este tipo que ponen en el mercado. Sus departamentos de marketing idean estrategias para hacer llegar de forma directa y atractiva al consumidor sus líneas ‘Eco’, visibles en un lugar principal en todos los soportes en los que aparecen, incluidas ferias como la celebrada en Madrid, claro. Sin embargo, desde el punto de vista puramente empresarial –y que nadie se engañe, éste sigue importando mucho– las dudas se multiplican sobre la rentabilidad de la reconversión, especialmente durante las campañas de transición entre el cultivo convencional y su certificación como ecológico.

“A nuestra empresa ya han venido varias veces a ofrecernos lechugas ecológicas porque no las pueden vender, porque no hay mercado suficiente, y se tienen que vender a precio de lechuga convencional”

Pero el recelo aritmético sobre la cuenta de resultados no solo tiene que ver con el descenso de beneficios que pueda obtenerse durante varias campañas seguidas. También genera incertidumbre el necesario equilibrio que ha de haber entre la oferta y la demanda para que el asunto rente y no se convierta en una ruina. La idea de que existe una ‘burbuja’ actualmente en el mercado de los productos ecológicos, y que pese al aumento gradual de consumidores que empiezan a adquirirlos, no son suficientes para el aumento que está experimentando a su vez la oferta, es cada vez más extendida. “A nuestra empresa ya han venido varias veces a ofrecernos lechugas ecológicas porque no las pueden vender, porque no hay mercado suficiente, y se tienen que vender a precio de lechuga convencional”, expone a este diario el máximo responsable de una de las principales empresas comercializadoras de este producto en la provincia de Almería.

Lo que todos sí tienen más o menos claro es que una vez que se alcance un elevado porcentaje de ecológico con respecto al convencional en los mercados, día que ha de llegar más pronto que tarde, dejará de pagarse a precio de ecológico y nuevamente volverá a surgir la incertidumbre respecto de los beneficios.Pero las tendencias del mercado a nivel global y todos los atributos relacionados con la sostenibilidad y el cuidado de los recursos naturales parecen imparables y, de hecho, el sector productivo y comercializador y toda la industria auxiliar se encuentran actualmente en pleno proceso de cambio y adaptación a una nueva realidad, que apenas hace una década era prácticamente residual, y que sin embargo ahora marca las agendas de todas las compañías y de todas las administraciones en el mundo.

Así que lo deseable por parte de productores y comercializadores, y esa es otra conclusión extraida tras el paso por Fruit Attraction, es que al menos el proceso se realice al ritmo adecuado, no más rápido, poco a poco para conseguir que el mercado de consumidores, todavía no consolidado en este ámbito, y el propio sector se vayan adaptando al nuevo paradigma ‘verde’.

Otras preocupaciones evidenciadas en Fruit Attraction 2021

Uno tiene la sensación a veces de que el sector agroalimentario en general, tan heterogéneo y amplio, está instalado en la queja continua, y que cuando no son los precios es la meteorología, o la competencia desleal de terceros países (y un largo etcétera), pero el caso es que siempre parece estar en crisis. En Madrid, sea más o menos cierta esta apreciación totalmente subjetiva, lo que sí ha quedado patente en los primeros días de octubre es que la preocupación actual, se diría que de forma unánime, de todos los operadores del campo almeriense pasa por el incremento de los costes de producción, derivados de subidas como las de los combustibles o, todavía más sangrantes, de la electricidad. A ello se le unen las inversiones que, de igual manera, están realizando la gran mayoría de compañías con el objetivo de ser más sostenibles, aplicando un importante presupuesto a innovación y modificando desde sus métodos de producir hasta el packaging.

Uno de los mejores ejemplos es la proliferación de sistemas fotovoltaicos para el autoconsumo de energía eléctrica. Cada vez es más frecuente la incorporación de placas solares a las explotaciones y otro tipo de dispositivos tecnológicos en diferentes frentes, que obviamente incrementan también los costes derivados de la inversión inicial, si bien a largo plazo la expectativa es justamente la reducción de gastos.

Y otro de los asuntos que comienza a preocupar, aunque se advierte mayoritariamente que ha de ser coyuntural, es la crisis de los camioneros que actualmente sufre el mercado británico, y que también ha estado en muchas de las conversaciones entre profesionales en la reciente cita madrileña. Si el Brexit ha traído en los últimos años no pocos quebraderos de cabeza, por la importancia del mercado británico en volumen y la incertidumbre que se ha ido alimentando por todos los vaivenes dados en el proceso, hasta la resolución final, este nuevo capítulo de convulsión relacionado con el mercado de las islas no hace sino añadirle más leña al fuego. Obviamente son los productores del género que más compra el Reino Unido los más afectados, y en esto Almería se lleva un pleno, porque los dos productos más adquiridos por el mercado británico en Andalucía son las frutas y las hortalizas.

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