Maestro de profesión, Roque Chacón es un agricultor que ha vivido el campo desde pequeño. Junto a sus hermanos, siempre ha ayudado a sus padres a gestionar la finca familiar, certificada en ecológico desde los inicios de esta certificación y ubicada en el municipio de Vélez Blanco y rodeado de monte natural. Una finca familiar en la que no sólo han trabajado, también jugado de niños como hoy lo hacen sus hijos . “Hemos jugado todos aquí y hay un vínculo especial con la finca, para nosotros no es sólo una explotación”, recuerdan los hermanos Chacón. Finca en la que cuentan con amplia zona natural, pinos y carrascas; algunas de ellos incluidos en catálogos de árboles singulares.

Entre las técnicas regenerativas implementadas, además de la aplicación de compost, han probado con varios tratamientos naturales; y van a probar en los próximos meses con azufre y sosa potásica para el hongo con recetas de Jairo Restrepo. De la misma manera, han incorporado colmenas, unas 200 en dos núcleos; y reducido las labranzas de 6 a 3; siendo una de ellas para incorporar el compost y otra para incorporar la hierba que ha permanecido durante toda la primavera hasta que finalizan las lluvias en la zona.

“Hemos observado que, cuando la hierba crece y no hay humedad, empieza a hacer competencia con los árboles por esta, por eso la incorporamos en ese momento. Mientras llueve no hay problema”.  Al estar rodeados de zonas naturales, han apreciado que todos los ribazos de la finca, con tomillos y otras especies autóctonas, son un estupendo aliado frente a las plagas. “Un control biológico gracias a la biodiversidad que funciona muy bien”, asegura Roque.

Roque Chacón conoció AlVelAl en sus inicios gracias a Dietmar Roth, convirtiéndose la suya en una de las primeras fincas experimentales de la asociación. “Nosotros conocimos la Agricultura Regenerativa a través de Arsenio Oliver, quería poner unas hectáreas para que probamos, cuando vimos su finca, dijimos que implementábamos las técnicas en toda la finca”.

Desde entonces, aplican compost enriquecido con microorganismos autóctonos, receta que conocieron a través de uno de los primeros talleres que organizó la asociación. Una receta compuesta por diferentes estiércoles, paja, microorganismos que recogen de la zona y reproducen con azúcar; cascarilla de arroz y ceniza.

Una receta laboriosa cuyo objetivo es “Incorporar los microorganismos al suelo, son tierras blancas, con mucha cal, y el árbol no puede coger bien el agua ni los nutrientes, y esto lo permite”. Una técnica que llevan realizando durante más de cuatro años y, asegura, “Los resultados son espectaculares. Hemos puesto unos 3.000 almendros con hoyo y este compost y tierra fértil, y estamos muy contentos con el resultado frente al resto de árboles de la zona.”

De AlVelAl les llama la atención el aprendizaje y la posibilidad de poner en práctica estas técnicas agrícolas que están mejorando la finca y su padre, a pesar de las diferencias mostradas en los inicios, está viendo que mejoran la situación de la misma. “Nosotros estamos agradecidos con AlVelAl porque a través de ellos hemos descubierto estas técnicas y porque AlVelAl y Commonland hayan apostado por esto, porque los jóvenes y los agricultores de siempre están sacando mayor rentabilidad a sus productos.”

En el futuro, esperan de AlVelAl que trabaje en la certificación de producto regenerativo. “Tenemos una comarca bestial en almendra y que no elaboremos el producto y lo saquemos al mercado… tenemos el sitio, el Parque Natural, el entorno, …; en unas tierras que son poco rentables. Que nuestros productos tengan un valor y podamos articular la fórmula para su comercialización y la puesta en valor de un producto ya transformado como el turrón, la almendra garrapiñada o tostada… Una regeneración de suelo, pero también económica y social”.