AGR Almeria

Un oasis dentro de un mar de plástico

  • Francisco Gómez es un agricultor que ha conseguido formar un pulmón verde en su finca de Las Norias Dentro de ella tiene los cultivos más representativos de la provincia

El cultivo bajo plástico es uno de los principales motores económicos de la provincia. Gracias al sudor y el esfuerzo de los miles de agricultores y jornaleros que trabajan estas tierras, Almería es un referente mundial tanto a nivel de producción como en calidad de sus frutas y hortalizas. En la zona del Poniente se concentra el número más importante de explotaciones de la 'despensa de Europa'. Desde Roquetas hasta Adra, sin dejar de lado los términos municipales de Berja y Dalías, los invernaderos son la tónica, pero hay un lugar, escondido en Las Norias de Daza, que perfectamente se podría considerar el pequeño pulmón verde del Poniente; un oasis dentro de un mar de plástico. Francisco Gómez lleva dedicado a la agricultura "desde antes de nacer y es que estando en el vientre de mi madre ella aún seguía segando alfalfa", recuerda. Este agricultor posee una finca en Las Norias, donde reside, muy poco habitual para la zona.

El elenco de plantas que tiene cultivado Gómez en este enclave ejidense, al que el mismo denomina como un "oasis", es amplísimo. Aquí se pueden encontrar toda la variedad de plantas más típicas que alberga la provincia en toda su extensión. Además de su cultivo de pimiento california, el cual comercializa con la SAT Frutas Escobi y cuyas seis hectáreas plantó en la primera quincena del presente mes, dan vida a esta finca cactus, papayas, granados, higueras, chumberas, laurel, aguacates, calabazas, acebuches... y así un interminable etcétera. Un elenco de variedades concentradas en unos seis mil metros cuadrados que ayudan a hacer mucho más llevadero el insufrible calor de estos días, ya que la extensa y cuidada vegetación que aquí tiene Francisco parece haber creado un microclima en su interior. "Los árboles de hoja caduca dan la vida, por eso se nota este fresquito aquí dentro y apenas nos salimos unos metros a esa zona parece que la temperatura sube quince grados de golpe", explica el propietario mientras clava sus ojos en el símbolo de su finca. La joya de la corona. "¿Veis este árbol?", exclama mientras señala a una enorme y frondosa higuera enclavada en el epicentro del terreno. "Este es el símbolo de la finca. Fue el primer árbol que se plantó", y continúa, "antes de que aquí no hubiera nada, mis padres y mis tíos decidieron venirse aquí a vivir. Como paso previo a la construcción de las viviendas hicieron el agujero de un pozo para abastecerse de agua. Por vueltas de la vida, al final no se instalaron aquí y en ese hoyo mi padre metió una higuera, cortó sus ramas y dejó la más vertical. De eso hace ya 70 años", narra con orgullo Gómez mientras rodea la gran higuera que supuso el primer 'ladrillo' de este pequeño pulmón verde.

A excepción de los cítricos, el resto de árboles aquí presentes Gómez los usa para el consumo propio y para los pájaros, que encuentran un lugar de descanso propicio durante los movimientos migratorios. A este agricultor, un gran interesado por los diferentes tipos de cultivo y por su evolución, con los que experimenta llevando hasta su propiedad variedades que aquí son poco conocidas, también es un enamorado de la naturaleza y echa de menos "que en nuestras ciudades haya espacios verdes, porque es que no te encuentras ni uno. Un pulmón es muy importante y cada vez se nota más en el ambiente que el tiempo cambia y muestra de ello la dan los árboles, que cada vez parece más virus a causa de la contaminación. Si de mí dependiera, más que poner una hilera de siete árboles en una acera, llevaría a cabo un plan para establecer una zona verde cada x", manifiesta.

La papaya es uno de esos cultivos poco comunes en la zona y que a Francisco se le están dando muy bien, pero también se lanzó a probar con otros entre los que llama especialmente la atención la 'feijoa', que le mandaron desde Galicia. Además de la belleza del árbol (familia de los eucaliptos), destaca su fruto, muy similar en aspecto al kiwi pero más agridulce y que para octubre estarán para ser recogido.

Llaman especialmente la atención las chumberas, planta típica en la provincia, que le dan higos chumbos morados, blancos y rosados. De los de toda la vida, pero que cada vez se ven menos. Esta finca cuenta con un amalgama de formas, colores y, sobre todo historia, que bien puede ser una auténtica aula práctica en botánica para muchos jóvenes que no conocen las características ni la historia de las plantas más recurrentes e importantes en la historia de Almería.

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