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Las potencias del regadío europeo se unen para defender las ayudas de la PAC

  • Regantes españoles, italianos, franceses y portugueses hacen piña para luchar por intereses comunes

Las asociaciones de regantes de España (Fenacore), Italia (ANBI), Francia (Irrigants d'France) y Portugal (Fenareg) han unido fuerzas bajo el paraguas de la federación de carácter internacional Irrigants d'Europe (IE), que se presentó en Madrid. El objetivo es hacer valer los intereses de la agricultura de regadío ante Bruselas en torno a tres ejes de actuación: la defensa de las ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC), el impulso a la ejecución sostenible de obras hidráulicas para combatir los efectos adversos del cambio climático y una adecuada aplicación de la Directiva Marco del Agua.

De hecho, este organismo, que representa al 75% del regadío europeo con una superficie de 7,7 millones de hectáreas, echa a andar en un momento sensible en el que la salida del Reino Unido de la Unión Europea y las exigencias de destinar más recursos comunitarios a empleo, inmigración o seguridad ponen en jaque los fondos de la PAC para 2020. Con la IE, cuya presidencia ostenta Portugal por decisión unánime en este primer mandato hasta 2020, el sector refuerza su posición en las negociaciones ante los organismos internacionales para defender una actividad estratégica que para garantizar el abastecimiento de los mercados a precios competitivos debe vender sus productos a precios de hace más de 20 años aunque se produzcan con costes actuales.

Relevo generacionalSólo el 6% de los agricultores de la UE tiene menos de 35 años

De esta forma, asegurar la competitividad de la agricultura de regadío -la única que puede garantizar la seguridad alimentaria mediante un incremento del 40% en la producción hasta 2030- precisa del apoyo de Bruselas para poder cumplir con los altos estándares de calidad que se les exigen a los productores comunitarios en los acuerdos de libre comercio.

De ahí que uno de los principales objetivos de la IE sea conseguir que los recursos europeos compensen la brecha de ingresos de los regantes, asegurando así un adecuado nivel de renta que incentive además el relevo generacional en un momento en el que los jóvenes no encuentran aliciente en este sector por su precariedad. Actualmente, sólo el 6% de los agricultores europeos tiene menos de 35 años, mientras que más de la mitad supera los 56 años.

Otro de los principales retos de la IE será que la nueva directiva europea en materia de agua, que tendrá un borrador a finales de 2019, tenga en cuenta las singularidades de los diferentes países a la hora de adaptar su aplicación, reconociendo la diversidad de la agricultura mediterránea, principal productora de alimentos del mundo.

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